𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓲𝓮𝔃

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Parte 1
"Antes de la caída del Muro María"

Diciembre llegó y la nieve caía al rededor de las murallas

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Diciembre llegó y la nieve caía al rededor de las murallas. Las expediciones pararon gracias a las tormentas de nieve, el frío penetraba las paredes del castillo y muchos tenían gripa.

Anna pidió una asamblea conmigo y esta vez la dejaron entrar a la base, a un cuarto en el último piso del castillo para poder hablar con privacidad.

—Ten, te traje lo que me pediste— Me entregó una cajita de madera cerrada con un moño rojo. —Gracias Anna, lo aprecio
mucho— dije con una sonrisa. —¿Para quien es?— me preguntó curiosa. Volteé para abajo y hablé, —Es para Levi... si cumpleaños es en una semana— Admití. —Oh, ¿En serio? ¿Cuantos cumple?— preguntó interesada.
—cumple 18– respondí.

La plática no se hizo muy larga ya que tenía unas cosas que hacer Anna. Regresé a mi cuarto para guardar el regalo que le conseguí a Levi y me encontré a Petra.

—No sabía que era noble— Petra mencionó. Reí un poco. —No soy Noble, solo Anna, somos amigas desde niñas, mi mamá trabaja limpiando la casa— expliqué. —Oh, ya veo, ya veo, es muy hermosa— Petra dijo. Asentí con una sonrisa mientras dejaba mi pelo suelto.
—Pero creo que nada le gana a tu cabello—

Mis mejillas se pusieron del mismo color de este y volteé para abajo. —¿S-si crees?— pregunté tomando un mechón entre mis manos. —Si, nunca había visto un cabello tan rojo en mi vida— Petra admitió con una sonrisa. —Gracias... supongo...— agradecí algo penosa.

El resto del día se pasó tranquilo. Me tocó barrer la nieve de la entrada del castillo y el camino hacia los establos. Me menté se sumergió en su propio mundo mientras hacía mi trabajo. Sin pensarlo empecé a tararear una canción que mi mamá solía cantarme, poco a poco empezando a cantarla.

Mientras estaba en mi propio mundo, no me percaté que Levi iba pasando por ahí y me estrellé contra el. Vergüenza se apoderó de mi y mis cachetes se pusieron mas rojos de lo que ya estaban por el frío.

—¡P-perdón!— me disculpé tapándome la cara. ¿Escuchó? Me daba pavor aquello.
—Solo pon atención mocosa— Dijo sin emoción alguna y se fue sin más.

—¿Te gusta?— la voz de Hange sonó atrás de mi con un tono pícaro. —¡H-Hange! ¡¿Cómo crees?!— exclamé entrando en pánico. La mayor solo se rió y procedió a contarme unas cosas sobre los titanes.

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𝓢𝓬𝓪𝓻𝓵𝓮𝓽// 𝓵𝓮𝓿𝓲 𝓪𝓬𝓴𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora