➺Capítulo Veintiocho.

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Jungkook nunca se consideró una persona celosa, tal vez por que nunca tuvo a nadie a quien celar. Pero era evidente que ya tenía a alguien, y según Taehyung, Jungkook daba miedo cuando estaba celoso.

—J-Jungkookie... — Jimin tartamudeo al llamar su nombre. Pero no obtuvo respuesta alguna, Taehyung le había advertido y él debió tomar esa advertencia porque justo ahora Jungkook le estaba dando miedo.

¿Donde estaba el Park Jimin temible? No, con Jungkook no había Jimin temible y menos en esos momentos.

El rubio sentía su corazón saltar muy rápido y temía que en cualquier momento su corazón se saliera de su pecho, con la punta de su dedo delineó la nariz del menor, dándole suaves caricias que Jungkook acepto, después bajo solo unos centímetros hasta tocar la punta de sus labios, y ahí sintió el dolor.

Jungkook mordió su dedo ocasionando que Jimin suplicara "Esta bien, ya, ya, no me vuelvo a acercar a él en toda mi vida" y con eso Jungkook solto su dedo para después sonreir orgulloso.

Jimin hizo un puchero y masajeo su dedo con su otra mano mientras se quejaba en silencio.

Jungkook no se consideraba una persona celosa, pero ahora sí. No le había agradado verdad como ese niño de preparatoria había agarrado tanta confianza con su hyung, hablándole tan animadamente, sonriendole a más no poder y hacerle cariños en sus brazos, esos brazos que solo podían envolverlo a él y solo a él.

Baekhyun, así se llamaba aquel niño que hoy había ido a la universidad con sientos de niños más para hacer un recorrido por todas las instalaciones.

Era un niño sumamente adorable, eso Jungkook lo sabía muy bien porque uno de los agentes de su padre era el padre de aquel niño y sabía que las personas lo consideraba un niño adorable.

Pero Jungkook sabía que su Jimin no podía tener a nadie más adorable en su vida que a él, porque toda su vida a Jungkookie le dijeron que él era el niño más adorable, con mejillas esponjositas y su sonrisa única, nadie le podía quitar ese puesto y por supuesto nadie podía ser más adorable para Jimin, solo él.

A Jungkook lo habían mal acostumbrado, y Jimin estaba por mal acostumbrarlo mucho más. Porque Jimin estaba dispuesto a darle todo de él a Jungkook con tal de hacerle sentir que era la primer maravilla en el mundo de Park Jimin.

Y sí, era la única maravilla en su mundo.

—De por si lo odiaba — mascullo el castaño mientras no le quitaba la vista de encima a los niños de preparatoria.

—Jungkookie, cielo — llamó Jimin acariciando su espalda y acercándose más a él —No tienes que actuar así, sabes que solo tengo ojos para ti.

Jungkook gruñó.

—¡Pero claro que lo sé! Pero al parecer ese niño engreído no, él sabe que ya estas comprometido, no sé porque... ¡ugh! — no lo soportó más y cruzo sus brazos haciendo un puchero muy notable.

Jimin solto una risita cuidadosa.
Rodeó los hombros del menor con uno de sus brazos y se acercó hasta darle un beso en aquella mejilla esponjosa. Jungkook no dejo de hacer un puchero hasta que Jimin volteó su rostro y pego sus labios a los del castaño.

Entonces Jungkook dejo salir todo su enojo y se dejó besar por el mayor, no sin antes dejar una mordida en su labio inferior ocasionado que Jimin gruñera de la satisfacción.

—Listo, así al menos sabrá que alguien ya disfrutó de tus labios— dijo el castaño sonriendo.

Jimin entonces rodó los ojos y asintió. No le importaba en lo más mínimo que Jungkook lo marcara, no importaba si lo dejaba todo mordido, si él lo quería así, entonces así sería.

Blessing (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora