Sus ojitos brillaron al ver el atardecer ocultarse poco a poco. Ahora sin necesidad de ir hasta la playa, pues Jimin había pedido cambio de habitación a una de las mejores del hotel en donde se podía apreciar casi todo a su alrededor. Y por supuesto, la gran playa con el atardecer, en esos momentos era cuando agradecía ser hijo y ahora esposo de un futuro CEO.
Suspiró sintiendo sus ojos pesados, llevaban solo tres días ahí y se sentía como estar en el cielo, el lugar era genial, había pequeños puentes, juegos acuáticos y paseos por la naturaleza del lugar, además de que había un Spa que le encantaba demasiado y al cual había ido desde ayer.
Se estaba divirtiendo demasiado estando en ese lugar, sobre todo con Jimin, amaba pasar todo el día con él, aunque algunas veces el mismo se escabulle a veces de la habitación, ya sea para tomar fotos del exterior o simplemente para estar solo un rato.
Llevaban tres días ahí y Jungkook no quería irse, no quería que la semana pasara tan rápido y volver a sus vidas en Seoul, por que no sabría que hacer. Sintió la cama hundirse, pero no hizo nada más que esperar a que Jimin lo abrazara, para después dejarle un beso en su cabellera. Sonrió cuando sintió las juguetonas manos del mayor acariciar su trasero, rodó los ojos divertido, Jimin nunca se cansaba de él y temía que algún día lo hiciera.
—Jimin, quita tus manos de ahí— demandó, escuchó la suave risa del mayor en su oído y se sintió extraño.
—¿Estás casando?— preguntó el rubio mientras besaba su mejilla suavemente, Jungkook cerró sus ojitos disfrutando de las caricias y besos del mayor.
—Un poco.
Y como no iba a estarlo, Jimin se había encargado de dejarlo tan cansado durante esos días que a veces no le daban ganas de salir de la habitación, y aunque al inició siempre trataba de resistirse ante las caricias que le daba, al final siempre terminaba cediendo.
—No te duermas aún, tengo una sorpresa para ti— murmuró para después levantarse de la cama, no sin antes darle una pequeña nalgada al castaño.
—¡Jimin!— se quejó el menor levantándose rápidamente para colgarse de su espalda, sorprendiendolo un poco. Jimin comenzó a reír mientras escuchaba los reclamos y regaños que le daba el menor.
Después de unos minutos en los que Jimin se la pasó rogándole al menor para bañarse juntos, al final obtuvo lo que quería, así que minutos después antes de que se hiciera demasiado noche, Jungkook ya estaba muy bien arreglado, con una playera blanca metida en sus pantalones de cuero negro y una simple camisa de botones color rosa pálido. Se perfumó un poco y de ahí sólo se pasó un poco de bálsamo en sus labios para después salir del gran cuarto de baño.
—Ya estoy listo— dijo suavemente mientras se acomodaba su cabello, observó al mayor quién se acercó hasta donde estaba él y atrapó su barbilla con una de sus manos para después besarlo en los labios, un beso que disfrutó mucho más gracias al delicioso olor y sabor del bálsamo que Jungkook traía puesto —Minnie...
—¿Vamos?— dijo mientras le tendía su brazo para que lo tomara, Jungkook asintió mientras tomaba de su brazo para aferrarse a él y salir de la habitación.
Cuando llegaron a uno de los tantos restaurantes que tenía el hotel, Jungkook se quedó maravillado, pues todo el restaurante estaba muy bien ambientado, las mesas eran de madera fina bien talladas, cada una de las mesas estaba en diferentes puntos del restaurante para no poner incómodo a los clientes que querían un poco de espacio para comer a gusto con sus parejas.
Un mesero los atendió dándoles las buenas noches y dirigiendolos a su mesa correspondiente, ambos se sentaron en su lugar disfrutando del ambiente y la pequeña vista que tenía el lugar, Jimin tomó su mano por arriba de la mesa y la presionó un poco. Jimin le sonrió sin mostrar sus dientitos.
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Blessing (Jikook)[Adap.]
RandomJimin y Jungkook pasaron de ser amigos a ser esposos. Jungkook no estaba seguro en casarse, no a sus dieciocho años, no con un hombre y no con Park Jimin. A pesar de que llevaba tiempo conociéndolo, no sentía nada por él. Y ahora se veía obligado a...