➺Segundo Extra.

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Jungkook se removió entre las suaves sábanas de la gran cama que compartía con Jimin, soltó un gruñido cuando su espalda chocó con el pecho de Jimin, se removió mucho más tratando de despertarse así mismo y también al rubio que dormía como si su vida dependiera de ello.

Aunque Jungkook no lo culpaba, a veces llegaba tan tarde del trabajo, llegaba cansado y con ganas de sólo dormir, los fines de semana como esté siempre suele levantarse tarde.

El castaño abrió sus ojitos lentamente, tratando de adaptarse al sol que entraba por las grandes ventanas de su casi mansión, bufo exasperado por ni siquiera lograr despertar a Jimin con sus movimientos.

—Agh, que difícil eres...— murmuró bajito —Jimin, despierta, son más de las 11 del día.

El rubio no dijo nada, sólo siguió profundamente dormido, Jungkook rodó los ojos y sin previo aviso, tomó una de las almohadas y la impactó contra la cabeza de Jimin.  Eso hizo que por fin el rubio se despertará rápidamente y algo aturdido por el golpe.

—Milagro...— murmuró una vez más mientras se levantaba con dificultad de la cama, viendo como Jimin luchaba por hacer lo mismo —Iré a hacer el desayuno, los niños ya deben estar despiertos.— bostezo mientras se estiraba en su lugar, caminando mientras envolvía su cuerpo en una de sus largas camisas.

Jimin lo miro algo adormilado aún, sin embargo, una tranquila sonrisa de lado se asomó por sus labios al ver a Jungkook semi desnudo, como siempre mostrando su esbelto y perfecto cuerpo, aún mostrando las leves marcas que tenía desde sus piernas hasta su pecho, aquellas marcas que Jimin se encargaba de hacerle noche tras noche.

El mayor se quedó en la cama, hundiendo de nuevo su cabeza en la almohada y lanzando un gruñido por la pereza que tenía de levantarse, sin embargo, segundos después sintió las lindas piernas de Jungkook a cada lado de su cintura y el peso del chico sentado sobre él.

—Por cierto, buenos días Jiminie— dijo ahora con un tono dulce mientras  se inclinaba un poco hasta dejar un beso sobre sus labios, Jimin dejo salir un suspiró al sentir los finos labios de su esposo sobre los suyos. Durante su matrimonio, ya habían pasado dos años y Jimin seguía agradeciendo despertar todos los días de esa manera.

Jungkook siguió besando desde su frente hasta su mentón, sus mejillas, parpados y la punta de su blanquecina nariz, el castaño lanzó una risita cuando sintió las manos de Jimin comenzar a alzar la camisa blanca que traía puesta, sintió sus dedos acariciando su espalda y la parte baja de sus muslos.

—Jimin no seas travieso, recién nos levantamos— dijo Jungkook mientras reía aún sintiendo los dedos de su esposo acariciar su piel.

—Mmmh... nunca es suficiente, sabes que tu cuerpo me gusta mucho y no lo digo con morbosidad— respondió el rubio, su voz salió ronca por el sueño que aún tenía y porque le daba tanta flojera despertarse tan temprano los fines de semana, a pesar de que ya casi era medio día.

—Lo sé, Jimin— dijo, una vez más bajó hasta besar sus labios y esta vez, antes de que Jimin pudiera tocar más allá de su cuerpo, se bajó rápidamente de su regazo.

—Te esperó abajo, no tardes...— dijo con una sonrisita burlona, Jimin se levantó poco a poco de la gran cama y masajeo sus hombros.

—¿Quieres tomar una ducha conmigo?— preguntó antes de que Jungkook saliera de la habitación, el castaño rodó los ojos y negó viendo como Jimin ponía un puchero en sus labios. —¿Por qué no? sólo será una ducha, nada más...

—Park Jimin, tal vez no llevemos muchos años de casados, pero estos dos años son suficientes para darme cuenta de que cuando pides una ducha es porque quieres hacer cualquier cosa, menos tomar una ducha— explicó el menor —Así que señor Park, te esperó abajo.

Blessing (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora