➺Capítulo Treintena y Dos.

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—¡Será la mejor despedida de soltero del mundo!— chillo Taehyung alzando sus brazos al aire mientras festejaba que su día esperado había llegado, él mismo se había encargado de organizar una pequeña reunión entre amigos, para poder despedir al fin la soltería de su amigo, pues el día de mañana, ya nada sería igual.

—Taehyung, guarda silencio — regañó Jungkook mientras reía.

—¿Qué? — se alzó de hombros, sonrió cómplice y volvió a gritar —¡Vamos a beber hasta peder la conciencia!

—¡Hey! Nadie va a beber— la voz de Namjoon se escuchó venir desde la gran sala.

El peliplata rodó los ojos, tomó de los hombros a Jungkook para susurrarle un par de cosas entré risas. Ese día, o más bien dicho noche, cada uno de los futuros esposos se iba con su grupo correspondiente de amigos, Namjoon, Hoseok y otros chicos del equipo de Americano habían decidido salir a festejar con Jimin, mientras tanto, Taehyung y Seokjin se reunieron para ocupar la casa del mayor y hacer su fiesta ahí.

La única regla; nadie tomaría alcohol.

Pues ambos grupos de amigos estaban asustadizos por si es que algo se les salía de las manos,  no querían que el matrimonio de ambos chicos se rompiera sin si quiera haber empezado.

Aunque claramente, el peliplata estaba conciente de que esa noche tomarían alcohol sí o sí.

—Bien, nosotros nos vamos— se despidió Namjoon tomando su abrigo para salir de la casa, no sin antes despedirse de su esposo, quién había prometido cuidar de los dos menores.

—Jungkookie— el castaño escuchó a Jimin llamarlo suavemente, se dirigió a pasos rápidos hasta él, quien enseguida lo abrazó y beso por todo el rostro.

A Jimin se le hacía una ilusión enorme saber que solo estaban a una noche de casarse. ¡Una noche!, realmente no podía estar más emocionado, a pesar de que en un inició ninguno de los dos tenía planeado tener una despedida de soltero, pronto sus dos grupos de amigos comenzaron a planear todo.

Y ahora Jimin se veía obligado a alejarse esa noche de su amado rubio.

—Te cuidas, Minnie — murmuro el menor mientras sentía los brazos de Jimin apretarlo más a su cuerpo —Minnie...

No obtuvo respuesta.

—¡Minnie!— chillo queriendo separarse de él, sin embargo de nuevo no obtuvo respuesta y tampoco lo dejó separarse —¡Park Jimin, sueltame!

—Ya, ya, ya — rió el rubio separándose de él, sonrió mostrando su hilera de dientitos —Pero... es que no quiero irme...

—Minnie, no hagas berrinche — regañó Jungkook mientras tomaba ambas mejillas del mayor, apretó un poco ambos lados haciendo que los labios del rubio se abultaran y sin decir nada, dejó un besito sobre ellos.

Jimin sonrió completamente feliz mientras cerró sus ojos para disfrutar de los labios del castaño. Jimin amaba besar y ser besado por esos labios. Era una adicción  que tenia por aquel chico, sin contar las miles de otras adicciones que tenía por el menor.

Desde sus lindos ojitos avellanas, hasta sus abultados labios, su naricita tan linda y las pequeñas masitas que su cuerpo aún tenía.

Amaba cada parte de aquel chico.

—No bebas mucho— le susurro sin ser escuchado por los demás, le dio otro pequeño beso para después sentir como su hyung era alejado de él por los brazos de sus amigos y hermano.

Jungkook sonrió viendo como lo llevaban arrastrando. Sin embargo, dejo de pensar en él en cuanto salieron de la casa, suspiró por fin sintiéndose en paz y se dejo caer en el sillón de la casa de Jin.

Blessing (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora