Al rato estaba bajo el agua de la ducha. Pensando en lo que acababa de hacer, no quería manchar lo que sentía con lujuria, pero a veces no podía calmar mi sed de sexo. Ella jamás se enteraría de esto. No había necesidad de contarle.
Tenía mi pelo lleno de shampoo cuando escuche que golpeaban la puerta. Me entro una gran curiosidad por saber quién era. No negare que lo primero que se pasó por mi mente fue Luna. Imagine que por fin ella había llegado a buscarme. Era la primera vez, desde hace muchos años que alguien me buscaba. Corte el agua para poder escuchar quien era. Oí a mi madre decir algo, pero no entendía nada de lo que hablaban, entonces la puerta se volvió a cerrar. Me Salí de la ducha y aun no enjuagaba mi pelo, pero tenía que preguntar quién era. Abrí la puerta para poder mirar y no vi a nadie. En voz alta le pregunte a mi madre quien había golpeado.
¿Habrá sido Luna? me preguntaba yo.
-¡nadie!, se habían equivocado de casa- dijo ella. Esa frase me devolvió a mi oscuro desasosiego.
No había sido Luna la que golpeo la puerta, ella no estaba buscándome. Definitivamente yo me hacía ilusiones tontas. Pero bueno, yo sabía que quizás ese no era el mejor día para estar juntas, Por todo lo que había pasado en la mañana. Termine de bañarme, Estaba lista para acostarme, definitivamente no tenía ganas de nada. No pretendía comer con mis padres. Pasaría directo del baño a mi cama.
Estaba envuelta en una gran toalla blanca. Mi pelo lo había en vuelto en una más pequeña del mismo color.
Me fui tranquilamente caminando hasta mi dormitorio. En mis manos llevaba el uniforme con el cual me había masturbado hace un rato. Estaba húmedo, tanto por el vapor del baño, como por mi sudor. Tenía que dejarlo en la ropa sucia y eso hice. Lo deje ahí para que mi madre lo echara a la lavadora. De un mueble que hay ahí cerca, saque un pijama limpio, Además calzones y calcetines. Soy un poco friolenta así que siempre uso algo para dormir. Esta vez había sacado un pantalón de algodón de color blanco y una polera de color rosa, me gustaba esa combinación de colores.
Los llevaba en el brazo para ponérmelos en mi dormitorio. Antes de entrar ahí le dije a mi madre que estaba muy cansada y que no comería esa noche. Mientras hacía eso, abría la puerta de mi pieza.
Todo lo que tenía en las manos se cayó al suelo al ver que Luna estaba sentada en mi cama. ¡Si! realmente era ella, ya no estaba fantaseando ni nada parecido.
Vi sus ojos, los que reflejaban tranquilidad y paz, me miraba fijamente. No hizo ningún tipo de movimiento, Solo se quedó ahí mirándome. Yo esperaba algún gesto, Algún regaño. Pero no hizo nada.
Lentamente recogí lo que había tirado. No hable nada, entre y cerré la puerta con pestillo. Me fui directo al mueble donde estaba ese gran espejo, único testigo de mi lujuria. En ese mueble yo guardaba muchos condones. Abrí el cajón donde estaban y los oculte con un pantalón que ahí había. Luna no revisaría mis cosas, pero los escondía más que nada para tapar mi vergüenza, Era una depredadora sexual y ella no lo sabía. Me quite la toalla del pelo y lo deje suelto, este cubrió mis hombros hasta mi cintura. Nuevamente volvía ese incontrolable deseo, estaba sintiendo ganas de besarla y ahora quería llegar mucho más con ella, era la hora de llevar a cabo todo eso que antes solo imagine.
Con mi pelo suelto y todavía dando la espalda a Luna, apretaba muy fuerte mi toalla al cuerpo. Tenía muchos deseos, pero también tenía miedo de lo que sentía, no quería volverme un animal frente a ella y estar equivocada. Esta vez no ensuciaría mis sentimientos con sexo, esta vez seria fuerte.
Cerraba mis ojos y apretaba mis dientes en señal de rechazo a mis impulsos. En eso oí sonar la cama. Ella se había puesto de pie y caminaba hacia mí.
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La Pasión de Florencia
RomanceFlorencia es una chica que después de atravesar el trauma de ser violada, descubre que es adicta al sexo. Pero su mayor placer esta en el cuerpo de una joven desconocida llamada Luna. Juntas vivirán situaciones ardientes y provocativas, descubrirán...