19- Luna, el mar y yo.

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       Después de volver del sur, la semana y escuela transcurrieron normalmente, yo sola por un lado y Luna jugando a los mensajes secretos por otro, siempre lograba sacar sonrisas a la distancia, ahora y con el pasar de los años me doy cuenta de lo tonta que fui, pudiendo estar con ella y sin importar lo que digieran los demás nunca lo hice, jugábamos a estar separadas y a darnos mensajes que solo las dos entendíamos. En el patio de la escuela yo me sentaba a leer a solas bajo un árbol y desde el otro lado del patio ella se sentaba a mirarme, puedo asegurar que Luna contaba cuantas veces yo parpadeaba ya que no dejaba de mirarme fijamente y cuando yo levantaba mi vista y devolvía la mirada ella me lanzaba un beso y lo soplaba como quien sopla pétalos de flor. Un día deje de ser tan tonta y en una hoja de papel escribí "los besos no se lanzan, se dan en los labios" espere a que luna hiciera lo mismo de cada día y cuando lo hizo, levante mi hola y ella lo vio. Sin pensarlo se puso de pie y camino hacia donde yo estaba sentada, nadie le dio importancia a su marcha, solo yo me puse nerviosa y me aterraba la idea de que ella me besara ahí. Sé que a Luna le importaba un comino lo que los demás pensaran, pero yo no quería volver a pasar por eso. Ya estaba estigmatizada por todos en el colegio, ya estaba tildada de lesbiana, pero igual me asustaba que me vieran en actos lésbicos, aunque solo fuera un besito. Cuando luna llego frente a mí, me quedo mirando, mientras que yo me tape la cara con la hoja de papel.

_espero que tu mensaje sea algo serio y no un juego, ya estoy acá para darte el beso y no lanzarlo como dice tu hoja_ dijo Luna.

-era para llamar tu atención, y preguntarte algo-

-que seria, y si es una estupidez para evadir el beso no te servirá de nada, si no me convences te besare frente a todos para que sepan que eres un "lame coños"- Mis ojos se abrieron muy grandes y solo atine a decir.

-¿de dónde sacaste esa frase?-

-lo vi en una película, y me causo mucha gracia, pero veo que te ofendió así que nunca más la diré-

-Luna, quise llamar tu atención para poder invitarte este fin de semana a la playa, mis padres y yo iremos a dar una vuelta y me gustaría mucho que vinieras-

Ella contesto de inmediato que sí, si ni siquiera le pregunto a sus abuelos. Pero bueno, luna era una niña consentida y sus abuelos no le dirían que no.

Es fin de semana mis padres, Luna y yo, viajamos a la playa, me dejaron invitarla en agradecimiento por el viaje al sur que había hecho junto a Luna y sus abuelos. Era un día maravilloso.

Durante todo el viaje fuimos riendo y cantando, Nos sabíamos cada canción de la radio. Mis padres se veían felices, a cada rato compartían un beso Y se lo decían todo con miradas. Me gustaban esos días. Por fin me sentía plena y por fin llena de felicidad. Luna era mi mejor amiga, a donde yo iba ella también. Para mis padres era muy normal. Todavía puedo sentir el sol en mi piel y la brisa en mi cabello.

Luna y yo, sentadas en el asiento trasero del auto. Por debajo de algún bulto juntábamos nuestras manos para que nadie se diera cuenta. Me recostaba en sus piernas y la veía mirar el horizonte. El viento entraba con fuerza por su ventana y hacia que su pelo se moviera como un fuego salvaje.

Son recuerdos lindos que me alegran el corazón. Ella y yo nos mirábamos. Siempre que hablábamos no podíamos dejar de ver nuestros ojos. Ella decía que amaba mi mirada, que cada uno de mis pestañeos le provocaba una dulce nostalgia. Yo amaba sus ojos, su brillo, su color, la profundidad que tenía al mirar.

Había momentos en que solo nos mirábamos, sin decir nada, eran ratos largos. Hasta que al final rompíamos en carcajadas y abrazos. Nadie sabía lo que teníamos Luna y Yo. Por lo tanto teníamos que cuidarnos mucho de no besarnos. O decir cosas como "Te amo"

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2015 ⏰

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