La Pasión de Florencia

5- la loba en el espejo

               

                Mi casa no estaba muy lejos de la escuela, Así que me fui caminando Para ver si por ahí encontraba a Luna, Eso no paso. Camine muy despacio y miraba a todos lados, Ella había desaparecido totalmente.  No la vi a la salida de clases, ni en la calle, de seguro tuvo que haber salido mucho antes que yo.

Cuando ya estaba en casa, en la tranquilidad de mi dormitorio, me acosté a pensar en las cosas que habían pasado ese día, me sentía más rara que nunca, mi mente estaba llena de preguntas y no había ni una sola respuesta. Me preguntaba ¿por qué ella había dicho que estaba feliz de haberme encontrado? Y ¿Por qué había respondido a mi beso?, pero la pregunta que más me atormentaba era ¿Por qué la bese?

Al pasar los minutos, todavía estaba ahí acostada en la cama, Sin zapatos, Con el uniforme escolar todavía puesto, tumbada con los brazos abiertos. Entonces cerré mis ojos y solo veía su cara, sus labios y cabello, trataba de no recordar el momento en que la golpee ya que me daba una enorme tristeza.

Luna, Luna... repetía una y otra vez en mi cabeza. Mi corazón nunca jamás había latido así por ninguna persona. Todo esto era nuevo para mí. Siempre pensé que mi primer amor sería un príncipe azul Y no una doncella de blanco.

La verdad no me impresionaría mucho si resultara ser lesbiana. Un hombre me decepciono muy pequeña,  y por lo tanto me cuesta mucho creer en ellos, así que esa era la respuesta más lógica para mí en ese momento.  

Me intrigaba sobre manera el hecho de que Luna esté interesada en mí. Cuando yo la bese, ella respondió mi beso. Después trato de protegerme quedando mal frente a toda la escuela y permitió que yo la golpeara solo para que nadie hablara de mí. Pensaba mucho en ella, En su nombre, Solo cuatro letras llenaban completamente mi corazón.

La pensaba de muchas maneras. Pero trataba de no hacerlo sexualmente. No quería manchar lo que sentía con lujuria. Pero mientras más trataba de no hacerlo, más lo hacía. Ese beso que nos dimos.

Ese beso fue maravilloso. Era la primera vez que yo besaba con amor a alguien. Y era la primera vez que sentía la lengua de alguien más, su lengua... su exquisita lengua, Tan suave y cálida...

Como yo estaba ahí acostada, mi falda se había levantado un poco. Me tapaba solo hasta la mitad del muslo. Al lado de mi cama había un mueble con un gran espejo. Gire la cabeza y comencé a mirarme.

Tumbada en la cama mis pechos se veían presionados por mi blusa, así que la desabroche para poder libéralos, ese fue un gran error.

Con mi mano izquierda desabrochaba cada uno de mis botones, hasta que llegue al último que estaba muy pegado a mi cintura. Termine sacando mi blusa de dentro de la falda. La tire hacia arriba y sentí el rose en mi espalda, muy suave. Se erizaron todos los vellos de mi cuerpo. Mi falda se subió un poco más Hasta el nivel de poder ver mis calzones. Con mi mano derecha acariciaba mi pierna. La tocaba y sentía que estaba ardiendo. Toque mi pierna cada vez más cerca de la vagina. No quería llegar hasta ese punto. Quería evitarlo. No quería desear a Luna, pero ella era todo lo que yo deseaba. Imaginaba Sus ojos viéndome en la cama. Y comencé a rosar mi vagina una y otra vez, pasaba suave mente un dedo por encima del calzón. Imaginaba a Luna mirándome fijamente, mordiendo sus labios. Todavía no ponia los dedos dentro de mi vagina y ya ardía y sudaba como loca. Mi cabeza daba vueltas y no dejaba de mirarme en el espejo como tocaba todo mi cuerpo.

Mantenía mi mano izquierda sobre los pechos, los tocaba con fuerza. Mi mano hacia un movimiento circular en los pezones y tuve que quitarme el sostén. Dejar mis pechos descubiertos fue un placer único. Moje la yema de mis dedos con la lengua, bueno,  en realidad fue más que solo mojar, más bien fue chupar mis dedos.  Los pasaba sobre mis pezones, Eso me encendía, Hacía que mi cuerpo vibrada con mucha fuerza, sentía momo me iba humedeciendo rápidamente, mis pechos se volvían duros y el sudor corría por mi estómago.