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En su apartamento; el cual era uno sencillo, con cocina, comedor, salón, dos baños y dos cuartos para dos. Al principio fue complicado encontrar un lugar donde quedarse debido a que no podían quedarse siempre en el mismo sitio. Ser inmortal tenía sus ventajas y sus inconvenientes. Ya llevan tres años en Londres, pero seguramente no se quedarán mucho más tiempo allí. Demonios hay por todas partes y la gente necesita a alguien que los defienda cuando no pueden defenderse por sí mismos.

Rosa y Duncan decidieron salir a comprar la cena, William se encontraba repasando un par de libros de magia en el salón. Adán, sentado en el comedor, se encontraba debatiendo si llamaba a su amiga o no. Hacía demasiado tiempo, y tal vez estaría enfadada con él por ignorarla. Aún recuerda a esa mocosa que confundió con un demonio por culpa del olor. Conoció a Sam en uno de sus trabajos cuando viajó a España. Estaba investigando una anomalía en las líneas ley en su ciudad natal, y se topó con ella. Casi la mata a la pobre, de no ser porque Arthur le aseguró que era humana.

Arthur...

Otra huella de su pasado. Un viejo amigo, o más bien una vieja aventura de hace siglos que acabó como la mayoría de sus experiencias, en traición o tragedia. Fue en la época más rebelde de su vida, una época que no querría volver a recordar. Ambos eran en cierta forma jóvenes que no querían adaptarse a las normas de esa época ni de las especies. Querían vivir sus vidas como ellos querían. Sin embargo, nunca pensaban en las consecuencias de sus actos, lo que desencadenó numerosos accidentes en diferentes rincones del mundo. Adán comprendió rápido que el mundo tenía ciertas reglas para proteger a los mortales y seres de la noche, Arthur tardó más tiempo en entenderlo, y a veces dudaba que aún lo entendiera. Al final, decide llamar a la médium para que le ayudara con su problema. Si tuviera suerte, probablemente la chica no querría venir hasta Londres y se quedaría en España para ayudarlo a distancia. Pero que iluso eres...

Agarró su móvil y marcó el número español, y esperó hasta que su amiga lo cogiera.

—¿Diga?

—Hola Sam. —le saludó el brujo con una sonrisa nostálgica.

—No jodas... —dijo con sorpresa la chica —¿Fawley?

—¿Cuánto ha pasado ya?

—Cuatro años. —respondió. —Cuatro años sin saber nada de ti salvo lo que me contaban Duncan y Will en sus llamadas.

Lo siento, estaba ocupado, pero sé que debí llamarte.

—¿Sigues sin poder despegarte de la petaca?

—¿Y tú sigues sin acabar una de tus historias en Wattpad?

—Cállate. —ambos se rieron por sus comentarios. Siempre se lanzaban insultos e indirectas, pero se apreciaban como dos hermanos. —Ahora en serio, pensé que no volverías a llamarme.

—No me gusta meterte en estas cosas debido a tu condición mortal, pero este caso es complicado. —habló serio. —Necesito un favor.

—¿De qué se trata?

—Aquí en Londres ha habido varios intentos de posesión.

—¿Y eso?

—Creo que varios demonios intentan pasar a nuestra dimensión. Esta mañana expulsé de un niño a Mahonin y me pareció que estaba tratando de transmutarse. Fue muy rápido, casi en un fragmento de segundo, pero vi el ojo del demonio dentro de la boca del niño, como si tratara de usarlo como vía de escape del Inframundo, en vez de controlar su cuerpo. —la iba contando mientras recordaba cada detalle importante del exorcismo. —Cuando lo expulsamos no se quemó ni murió bajo la presión de esta dimensión, estaba en su forma débil por el exorcismo, pero estaba vivo.

(1) El Lilim #Saga Guardianes de lo OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora