Seguramente, ninguno de los presentes se imaginó que tendrían que enfrentarse al bueno de Adán, quien siempre se había mantenido con la cabeza fría y recta, hasta ahora. Por primera vez, en toda la existencia de Arthur, comprendió lo que significaba tener miedo.
Los tres hombres saltaron a la vez a por él, asegurando que alguno lograra noquearlo, y para rematar, Sam disparó varias veces con la escopeta al pecho. Sin embargo, Adán concentró su energía para formar un escudo, hacerlo estallar y lanzando a todos por los aires. Algunos cayeron al suelo, y otros se golpearon contra las paredes.
Gaziel se levantó el primero. Corrió en dirección al brujo y saltó con la mandíbula abierta, mordiéndole en el brazo. La sangre oscura empezó a chorrear por la herida, pero Adán no gritó ni tampoco se quejó, pues los demonios no son capaces de sentir dolor. Con fuerza, clavó sus garras en el demonio perro en un costado y le propinó la parata en el hocico. En ese instante,
Arthur se dio cuenta que el Lilim mostraba con una sonrisa la pulsera que le unía a Gaziel, y no tardó mucho en comprender lo que planeaba. No estaba dispuesto a que ese chucho desapareciera, por lo que usó sus poderes, aun debilitado, para rodear la pulsera de energía y que le quemara la mano si intentaba quitársela. Adán no era tan impulsivo como para perder su mano, más eso no le impediría matarlos.
Quiso atacar al caído pero entonces dos personas le dispararon al brujo por detrás. Las balas salieron de los orificios como si nada, y al girarse divisó a Duncan y Sam con dos armas cargadas. Volvieron a disparar, pero con un movimiento de mano las balas fueron frenadas y evaporadas. En un lenguaje desconocido, Adán creó una bola de fuego negro en su mano envuelta de oscuridad y la dirigió hacía sus enemigos. Con dificultad, se movieron rápido a las esquinas y pudieron esquivar el ataque.
Para mala suerte de Sam, al levantar la mirada se encontró con Adán, quien se se acercó a ella. No pudo ni retroceder un poco antes de que él la agarrara del cuello con una mano para partírselo en dos, y clavándole las garras en el proceso.
—Adán... por favor.... —le suplicó
Se escapaban unas lágrimas involuntarias, pues sabía que él no era consciente de sus actos. No odiaría si al final la mataba.
—Sé que estás ahí. —dijo mirándole a los ojos. —Tú no eres así. Eres mi amigo.
Sus palabras llegaron hasta el autentico Adán, pues su agarre se aflojó un poco.
Duncan al ver en peligro a la chica, se levantó rápidamente dispuesto a salvarla. Aprovechando ese instante de vulnerabilidad y envolvió por detrás el cuello de su amigo, logrando que soltara a su amiga. Le quería como un hermano, pero no pensaba permitir que cometiera una atrocidad por la que se atormentaría por toda la eternidad.
—¡Adán contrólate!
Raquel dejó a su hermano inconsciente con William, y fue hasta Sam quien tosía despacio por el agarre de antes. Encima, la joven presentaba unas marcas de las garras de brujo que goteaban por el cuello.
—Estoy bien. —aseguró la medium. Luego posó la mirada con preocupación en sus amigos que trataban de contener a su amigo descontrolado. —No creo que logren dejarlo inconsciente.
—Yo tampoco. —respondió Raquel.
—Puede que haya otra forma, pero...
La mujer cruzó su mirada con ella llena de esperanza. Necesitaba ayudar a su amigo, no quería perderlo a él también. Si de verdad Sam tenía una idea no perdía nada por intentarlo, por lo que la fulminó con la mirada suplicándola que hablara ya.
—Los demonios son vulnerables cuando están en contacto con agua bendita. —la explicó. —Puede que sigua siendo un medio demonio, pero ahora es más demonio que humano, por lo que si bebiera el agua podría menguar su aura diabólica.
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(1) El Lilim #Saga Guardianes de lo Oculto
Action"Tener cuidado demonios, porque voy a por vosotros. Puede que acabéis vivos, puede que muertos, pero por mí, podéis iros todos al Infierno." ~⛤~ Adán Fawley e...