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La joven se sonrojó de felicidad al ver que se acordaba de su nombre, y por unos instantes ambos se quedaron mirándose como si tuvieran una especie de conexión, pero ese momento se cortó en el momento en el que su hermano Jeremy tosió. Will y Duncan notaron la tensión entre esos dos así que se dieron la mano iniciando una apuesta.

—Señor Fawley, ¿Podemos hablar contigo?

Sam, Arthur y Will se contuvieron las muecas de burla por el tono tan formal del que parecía ser el mayor. Encima Adan se fijó que llevaba una placa sujeta al cinturón.

—Claro. —dijo educado invitándoles a sentarse en el salón. —Estos son mis compañeros de piso y de trabajo. —Los que os han abierto son William Dal Salan y Rosa Cortez. —Los nombrados saludaron con una sonrisa. —Esa niña con el gorro negro es Sam, y su tutor Arthur.

—Tengo diecinueve, zopenco. —dijo ofendida.

—Y el de los tatuajes es Duncan Miles. —Duncan no les saludó, sino que se mantuvo con una expresión seria.

—Ellos son mis hermanos Jeremy y Hank Van Tassel. —les presentó Raquel. —Y bueno, para los que no me conocéis yo soy Raquel. —Jeremy se acercó a Adán y se dieron un apretón de manos, luego Hank hizo lo mismo.

—Es un placer. —dijo el mayor sincero. —Verás, señor Fawley, hemos venido para hablar de un tema delicado.

—¿Delicado?

—Nuestros hermanos, Konan y Dean murieron esta semana.

—Hemos oído la noticia, lo sentimos mucho.

—Gracias.

—Hemos oído que se suicidaron ambos. —comentó Will ganándose la atención de los hermanos.

—Eso creen todos. —murmuró Jeremy con desagrado. —Pero nosotros no estamos tan seguros.

—Tú no estás seguro. —corrigió Hank. Los brujos cruzaron las miradas entre ellos, sorprendidos por la actitud y sospechas de los invitados.

—He oído hablar de usted entre los agentes de Londres señor Fawley. Mucha gente habla de usted como una especie de boticario, chamán o brujo... Medicina tradicional, reliquias, demonología, exorcismos, un experto de lo oculto... —Sam no pudo evitar reírse por la forma en la que hablaban de él, pero Arthur la golpeó en el brazo para que callara. —Nuestro hermano pequeño Dean, el primero en morir, fue ingresado en el psiquiátrico porque decía que podía ver demonios y fantasmas. Los médicos me contaron que a veces parecía que hablaba solo, pero que él aseguraba que podía escuchar a los ángeles.

Ese dato inquietó bastante a los presentes. Se sabe que los médiums y videntes podían escuchar a los muertos, y en casos extremos a los ángeles. Sin embargo, sabiendo que Dean Van Tassel era descendiente de un arcángel y que además fuera médium podría ser posible que él fuera el recipiente de Raziel, o tal vez no.

—Mi sospecha es que nuestro hermano se metió en alguna especie de culto para que le convencieron de suicidarse, y que ahora esas personas influyeron en nuestra hermana para que se suicidara también. —Adán sabía que si ellos seguían investigando por su cuenta, los tres acabarían acompañando a sus hermanos en el Infierno. Lo más seguro para ellos era explicarles todo.

—Vuestra teoría no es del todo errónea, pero tampoco es del todo correcta.

—Por eso vinimos a verle. —dijo Raquel con ansiedad. —Para que nos ayudará a seguir el camino correcto en nuestra investigación. —Por favor, necesitamos saber la verdad, sea la que sea.

No era mentira que Adán sintió compasión al ver las caras de esos hermanos, pero sobre todo por los dos muertos. En el Antiguo Testamento, derramar la propia sangre, o la de otro, viola la propiedad de Dios, por lo que serás condenado a una eternidad en el Infierno. Miró unos segundos a la chica, y pudo sentir en ella lo mismo que sintió cuando le separaron de su hermano. Un dolor insoportable.

(1) El Lilim #Saga Guardianes de lo OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora