Declarar tus sentimientos a alguien, una tarea fácil para los audaces, y difícil para aquellos sensibles que quieren proteger su corazón de un rechazo.
Kim TaeHyung, hipnotizado por la imagen del perfecto Jeon JungKook, era de aquellos audaces, quer...
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Diciembre 2015
Existen diferentes tipos de rubias, por ejemplo, están las rubias llenas de bondad y que su belleza por fuera es la misma que la que llevan por dentro, también está la rubia que no es mala pero tampoco buena, que cuida de ella y su cabello para mantener la apariencia pero nunca daña a nadie, e igualmente está la rubia oxigenada que tiene que ir a la peluquería cada dos meses para que le pongan el tinte y no noten su color natural.
En el caso de YeJi, estudiante de la clase 2°C, la misma clase de TaeHyung, era la rubia que no tenía necesidad de ponerse el tinte pero lo hacía de todas formas porque así su cabello «brillaba más» a la luz del sol.
Cayendo un poco en el cliché, YeJi era de esas chicas presumidas que contaban una vida que probablemente no vivieron para ser populares entre los de la preparatoria, tenía solamente una amiga, una chica amable con quien quería y desquiciada con quien le daba la gana, amiga desde la secundaria y de promedio medio al igual que ella, e incluso considerada más bonita que YeJi por poseer un cabello largo color chocolate natural al cual no sometía a ningún tratamiento especial para mantenerlo así.
Park Chaeyoung, Rosseane Park, o simplemente Rosé, era esa amiga, y Kim TaeHyung conversaba con ella en la fila de educación física a las 7:50am en la segunda clase del día, hablando un poco de todo mientras esperaban su turno para la carrera de obstáculos a la que el grupo completo iba a enfrentarse, teniendo que soportar los bufidos de SeungMin enfrente suyo a causa de la presencia de Rosé y la mirada fulminante de YeJi en la segunda fila.
—Me encanta tocar la guitarra, a veces me la paso tocando hasta después de media noche, ¿No te pasa lo mismo, Tae?—le preguntó la castaña, sonriendo en grande mientras esperaba la respuesta de TaeHyung.
—No sé tocar la guitarra—le respondió chiquito, acariciándose el hombro y dando un paso atrás cuando la fila avanzó.
—¡Puedo enseñarte! Tu voz es muy grave, debes cantar hermosísimo, las voces de ambos sonarían hermosas, ¿No te parece?—sugirió poniendo sus manos en la parte de su espalda inocentemente.
—Rosé—llamó YeJi en la otra fila, ahora con la atención de la castaña se señaló a sí misma—¿No tienes suficiente con estar enseñándome a mí?—inquirió a lo que Rosé soltó una carcajada.
—YeJi, cariño, si tuviera suficiente contigo no estaría teniendo ésta conversación con TaeHyung—contestó y TaeHyung tuvo que cubrir su boca para no echarse a risas ahí mismo.
Rosé se dirigió a él, y un poco más animado le siguió la charla.
De cierto modo, se sentía alagado, Rosé no era amable con la mayoría de personas, se había creado una reputación respecto a eso, si lograbas mantener una conversación con ella sin una ofensa de su parte era porque o algo tenías de especial o porque eras un chico guapo.
