Declarar tus sentimientos a alguien, una tarea fácil para los audaces, y difícil para aquellos sensibles que quieren proteger su corazón de un rechazo.
Kim TaeHyung, hipnotizado por la imagen del perfecto Jeon JungKook, era de aquellos audaces, quer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JiMin lo llevó a su casa, lo sentó en su sillón y fue hacia su cocina por un vaso de agua que, él creía, era lo mejor que podía ofrecerle para que ambos se tranquilizaran y pudieran llevar a cabo con más facilidad la charla que sabían, ahora tendrían.
TaeHyung se encontraba demasiado avergonzado, una parte de él aliviado de pensar que ya no habrían cosas que ocultar, pero eso estaba junto al miedo de que más personas lo supieran; cuando YeJi se enteró, él supo que todo estaba perdido, porque nada de lo que pudiera decirle la haría cambiar de parecer, pero, debía admitir que esperaba menos de ella, y es que casi podía jurar que ella dejaría que a los matones de Brianna en paz y se cruzaría de brazos como si no hubiera visto nada, ahora comprendía que juzgar un libro por su portada era una estupidez tremenda.
La reacción que JiMin tuvo era exactamente la que había imaginado cuando pensó en decírselo, pero no calculó la tan cariñosa y pasiva que tuvo después cuando después de entregarle el agua, se sentó a su lado y lo abrazó, sintiendo sus orejas mojarse y los pequeños sollozos salir, él nunca quiso lastimar a nadie.
—¿Quién fue?—preguntó después de suspirar, secándose con el gorro del castaño.
—Iugh, JiMin—se quejó, recibiendo un pequeño golpe en la espalda, respondiendo segundos después—No es muy difícil adivinarlo, la misma de siempre—fue lo que le dio por respuesta, dejándolo pensar con sus ojitos mirando al techo.
—¿JinYoung?
—Noup.
Su mente viajó a la primaria y comparó lo sucedido hace unos meses, deseando que dijera que no al nombre por el que preguntaría—¿Brianna?
Tae afirmó con un "Mhh"
El rubio acumuló fuerza en su puño, repitiendo mantras mentales para no dejarse alterar y aprovechar su faceta calmada que le sacaba mejor información al castaño—¿Sabes por qué?—el menor guardó silencio, obligándolo a insistir—¿Tae?
—Porque estoy con JungKook.
Sus ojos se abrieron perplejos, se alejó de la espalda del Kim y lo vio a la cara.
—¿Cómo has dicho?—inquirió, patidifuso, cuando los labios en una línea de TaeHyung lo hicieron soltar una risotada incrédula—Eso es...—hizo su cabello hacia atrás, siendo el mutismo el que comenzara a hacerle creer que no dudaría calmado—Esa maldita, ¿Sigue detrás de él sin importar que tenga novio?
—O dejo a JungKook...—soltó, aclarando su garganta cuando la sintió ronca—, o ella me hace la vida miserable—musitó, acostándose en su frente al sentirse cansado de repente, con la expresión incrédula de JiMin reír mientras miraba hacia todos los ángulos de la habitación.
