Declarar tus sentimientos a alguien, una tarea fácil para los audaces, y difícil para aquellos sensibles que quieren proteger su corazón de un rechazo.
Kim TaeHyung, hipnotizado por la imagen del perfecto Jeon JungKook, era de aquellos audaces, quer...
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Pocas personas seguían en la fiesta, unos 60 estudiantes más el dueño de la residencia, paseaba por el patio bajo las estrellas del sitio con su soju en manos, ignorando el bullicio de fondo.
Un mano se posó sobre su hombro, obligándolo a mirar al dueño de la mano, que era nada menos que su hermano mayor, Min YoonGi.
—¿Ya te aburriste de SeokJin?— preguntó, refiriéndose a la escena que vió hace unos minutos de su hermano y el pelimorado hablando en una de las habitaciones mientras se paseaba por la casa.
—Se ha ido a dormir, no deben tardar los demás en irse— explicó, mordiendo el trozo de pan que tenía en la mano—¿Sabías que SeokJin preparó las tartas? Están deliciosas— comentó degustando con dicha las susodichas.
«Gran apoyo»
—No tengo sueño.
—Pero estás de mal humor— soltó de la nada—Fue por lo de JungKook, ¿Cierto?
Unas horas antes.
—¿Dónde está JungKook?— le preguntó TaeHyung al de pelimorado, recargado en el barandal de las escaleras.
El castaño llevaba buscando al Jeon desde hace bastante tiempo, buscaba entretenerse junto a él y pasársela charlando, pero éste no hacía aparición por ningún lado.
SeokJin había bajado después de que dijo que iría a buscarlo porque tenía que decirle algo confidencial más tarde, y ahora, que alguien sabía su ubicación, no estaba de más saberla él también.
—Está en la sala de estar de arriba— respondió en un tono bajo, que no habría escuchado si hubiera descendido más del volumen.
SeokJin se veía algo inseguro de decírselo, no sabía el porqué, no le tomó importancia, le dió las gracias con una reverencia y fue a donde le indicó.
Al subir, el ambiente era más relajado, la música no era tan audible y las luces decorativas eran más tenues comparadas con las de abajo, habían más alumnos charlando que bailando o haciendo otra cosa, sin embargo, la excepción no le gustó para nada.
Escuchó las risas de JaeBeom y JungKook cerca de ahí, siguió su camino a la sala de ese piso y cuando llegó, la escena quebrantó su ánimo alegre de la noche; JungKook tenía a cuatro chicas a sus lados con Holland y JaeBeom parados frente a él, todos riendo, por lo que supuso, chistes de ellos.
Su mente le decía «Está bien, JungKook tiene amigos, tiene una vida fuera de ti» pero a la vez le repetía «No está bien, no está bien»
Y es que, para ser honestos, JungKook tenía fama de estar rodeado siempre por chicas, además de ser el chico más codiciado por ambos sexos en la preparatoria. Su corazón sintió una punzada horrible cuando Jennie acercó su rostro al de JungKook, besando sus labios unos segundos antes de que el pelinegro se separara y negara con risas, TaeHyung obviamente la conocía, era de las chicas más atractivas que se podía encontrar, y le estaba coqueteando a JungKook.
