9: A escondidas

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—Agradecido con el de arriba.— Dijo Denki al entrar al hotel en el que la empresa organizadora del festival los invitaba a hospedarse por esa noche luego del evento cargado de adrenalina y ansiedad pero que tan exitoso había sido.

El rubio pisaba el lobby cargando la mochila de Jirou en el hombro derecho y la de Shinso en el hombro izquierdo, casi como una ironía.

—No puede ser...— Suspiró Kyoka.

—Demonios.— maldijo Hitoshi.

Los integrantes de las demás bandas también estaban ahí, sentados en los muebles, en la alfombra y por todo el lobby haciendo un caos de conversaciones y luciendo tan animados que los ojos de Kaminari brillaron rayados de la emoción. Sin embargo, ese no era el caso de Dark Magenta, cuyos integrantes solo querían tirarse a las camas y dormir hasta el quinto sueño y más allá… pero con este bullicio estaban casi seguros de que no podrían. Y eso los ponía de mal humor.

Cada peli-morado puso una mano en su correspondiente mochila, tirando ambos de ellas y arrastrando así a Kaminari por el pasillo, mientras seguían a Aizawa quien les mostraría la habitación.

Agradecido con el de arriba, otra vez, estaba Kaminari de que Eraserhead hubiera convencido a los chicos y a Jirou de quedarse en la sala y hacer el intento de socializar un poco con las demás bandas antes de irse a dormir; mientras este, el supue...

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Agradecido con el de arriba, otra vez, estaba Kaminari de que Eraserhead hubiera convencido a los chicos y a Jirou de quedarse en la sala y hacer el intento de socializar un poco con las demás bandas antes de irse a dormir; mientras este, el supuesto adulto responsable a cargo, salía a comprar unas cosas (cosas a las que el rubio no prestó atención) junto con Tokoyami.

De todas formas, al final todos la estaban pasando bien: Jirou, aunque tímida, logró sin mucho esfuerzo hacerse amiga de unas chicas geniales y talentosas como ella. Shoji tenía a unos chicos impresionados con su quirk y adulando sus brazotes, lo cual levantaba su autoestima. Kaminari, por su parte, había conocido a unos tipos estupendos que formaban una banda con un concepto aplastante y música doblemente estupenda. Y no era porque Denki tuviese un fetiche con las baterías o algo así, pero destacaba al baterista: Terushima Yuuji, un rubio con aspecto de fuckboy y un piercing en la lengua. No lo malinterpreten, no le gustaba este tipo de esa forma, sólo le parecía una persona muy cool para tener una amistad de esas que te llevan a la cárcel.

Y Shinso… Bueno, Shinso llevaba bastante tiempo hablando entretenido con Neito Monoma.

Denki recordaba a Monoma de cuando Sero le contaba cuán molesto era encontrarselo en los pasillos de la UA. Y en especial por la vez que entró a la tienda y los hizo víctimas de sus pretensiones y reclamos, rebajándolos y creyéndose la gran cosa. Poco le faltó para escupirles en la cara antes de irse.

En ese entonces Denki pensó que con esa actitud horrible no llegaría lejos en nada, pero entonces, ¿Qué hacía ahí? 

¿Y de qué hablaba tanto con Hitoshi?

A Denki no le gustaba ver eso. Le dolía amargo el pecho. Su entrecejo se fruncía y se cruzaba de brazos. Pequeños destellos de un color un poco más opaco de lo usual emergían de sus dedos así como emergían hasta las inseguridades que no recordaba tener.

Dark Magenta ✧ ShinKamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora