Dark Magenta ✧ ShinKami

10: Perdidos y atardecidos

A veces, mientras más alto subes a la cima más rápido te caes. Y es una mierda, pero ahora mismo estaba sucediendo: La presentación de Dark Magenta ante el público del festival había sido gloriosa y tendrían que estar festejando camino de vuelta a la ciudad en este momento… pero en lugar de eso estaban en el medio de la ruta varados con el autobús echando humo y con una rueda rota.

—No entiendo cómo pasó esto.— Jirou se cubría del sol de la tarde con sus brazos sobre la cabeza. Frente a ella la "escena del crimen".

—¡¿Creen que alguien lo hizo a propósito?!— preguntó un paranoico Shoji.

—No lo descartaría.— Tokoyami respondió, observando con mucha concentración el autobús mientras el viento movía su capa. Sentado en cuclillas, con las manos juntas bajo su pico y un semblante muy serio en su rostro que hasta daba algo de miedo si le preguntabas a Denki. Incluso se podía ver a Dark Shadow asomarse un poco. —Tenemos muchos enemigos.

—No sean estúpidos.— Aizawa no tenía miedo de decir lo que pensaba a sus estudiantes aunque fuera algo crudo, y estos estaban acostumbrados a su cruel sinceridad. —Esto pasó porque le pedí a Nezu que me consiguiera el autobús. Debí saber que una rata no es de confianza cuando se trata de estas cosas.

—Entonces...— Intervino Denki, sentado en la gramilla. —¿Qué hacemos o qué?

—¿Llamar a alguien?— La chica estiró el brazo, levantando su teléfono celular en el aire. —Hmm… no tengo señal aquí.

—Supongo que no nos queda otra que ir a buscar ayuda.— Comentó Shinso con su misma presencia despreocupada de siempre. —Debería haber una gasolinería o algo así cerca de aquí, ¿no?

—Buena idea.— El chico cabeza de pájaro dejó su posición de detective intimidante, enderezando la espalda. —Kaminari y tú pueden ir.

—¿Por qué nosotros?

—¡¿Nosotros?!

—Jirou tiene que cuidar su garganta, Shoji y yo nos quedaremos viendo si podemos arreglar esta cosa por nuestra cuenta y Aizawa está viejo. Sólo quedan ustedes.

—Tiene razón.— El adulto dió una afirmativa, pasando de largo que el adolescente acababa de prácticamente insultarlo. Aizawa ignoraba también que Fumikage tenía intenciones escondidas en esa sugerencia, que implicaban molestar a su hijo. —Vayan, pero tengan cuidado.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Se notaba por sus puños apretados, por sus pasos fuertes y los refunfuneos que soltaba, era algo obvio; Shinso estaba molesto. Y Denki, que caminaba en silencio tratando de seguirle el paso, no sabía cómo hacer que le dijera el porqué.

Shinso mismo por su parte tampoco estaba seguro de la razón tras su cólera. No podía saber si era por el hecho de que a su padre no le hubiera importado enviarlo por una ruta desconocida y desolada considerando lo peligroso que era el mundo actual, o si era por el beso que Jirou le había dado al rubio antes de que partieran porque ella sí era la novia oficial de este y podía darle besos en público, o si, como última pero no menos importante opción, se debía a…

—¿Tokoyami y tú están enojados?

A eso.

—No que yo recuerde. La verdad no sé porqué se porta así... que nos haya mandado aquí a los dos de seguro no es coincidencia; Es como si quisiera ponernos a prueba.

—Y…— El rubio pasó saliva. —¿y si se enteró?

—¿De qué?

—¿Cómo que de qué?— Kaminari al fin se puso al lado del contrario y entrelazó sus meñiques tiernamente, con los rayos de sol colándose entre ellos. —De lo nuestro, bobo.