12: Tropezar

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—… ¿Qué tienes en la cara?— Fue lo primero que el peli-morado dijo al verlo. Es que el rubio se había presentado a su puerta con la cara llena de coloridos brillos y un corazón rosa, morado y azul pintado en la mejilla. —Denki, te dije que yo te enviaría un mensaje.

—Necesitaba verte y que hablemos.

El ojeroso observó al otro detenidamente de pies a cabeza. De su cinturón colgaba un pañuelo de colores y estaba usando unos tirantes arcoíris que nunca le había visto puestos antes y que personalmente creía que lo hacían ver muy tierno. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y lucía como si fuera a explotar de todo lo que tenía que contarle. Le dieron muchas ganas de abrazarlo y matarlo a besos justo ahí afuera.

—Está bien, ven.— Tomó su mano y lo metió dentro de la casa, llevándolo todo el camino hasta detenerse frente a las escaleras y dirigirse a su hermanita que estaba sentada en el sofá viendo caricaturas. —Eri, ni una palabra de esto a papá, ¿Oíste?

—Mhh...— sus piecitos colgaban y se balanceaban de atrás para adelante. Denki ya se imaginaba llevándose bien con ella cuando viniera a cenar todos los días aquí en un futuro —¿A cuál de los dos?

—A los dos.— Aclaró para después subir a meterse en su cuarto con el rubio atrás y cerrar la puerta.
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—¿Y bien?— fingiendo desinterés (cosa que no se le hacía muy difícil) Hitoshi se dejó caer en su cama, poniéndose las manos en la nuca para descansar la cabeza sobre ellas, sin ofrecerle al chico algún asiento o algo por el estilo. Su punto era hacer ver que seguía enojado. —¿Qué tenías que decirme que no podía esperar hasta mañana?

—Ah sí, permiso.— Pero Denki arregló eso en seguida, tomándose la libertad de ir y sentarse a gatas sobre Shinso, tomándolo completamente desprevenido. — Sabes, quería contarte que asistí a la marcha del orgullo hoy.

—Oye, oye, woah… — Shinso ahora tenía fuego en las mejillas y los muslos del rubio a cada lado de su cadera. —¿Qué haces?

—Y por supuesto que voy a volver a ir el próximo año, porque, vaya…

—Kaminari, quítate.— Hitoshi modo serio. Tan enojado estaba que lo llamaba por su apellido. 

—¡Conocí gente realmente genial, Toshi! Es que, es que... ¡les hubieras visto! Se paraban ahí sin nada de miedo a gritarle al mundo "Esto es lo que soy y soy feliz, tómalo o déjalo"— sus ojitos brillaban electrizantes de felicidad mientras hablaba, de una forma que Shinso se fue olvidando de a poco de lo enojado que estaba y se encontró a sí mismo proporsionando caricias en la cadera ajena mientras disfrutaba con cara de tonto enamorado de lo lindo que se veía el otro desde ese ángulo. No podía evitar derretirse, el chico lo tenía atrapado. —¡Es admirable! Son personas que la pasaron muy mal, pero usan esas malas experiencias para crecer y nunca se arrepienten de las decisiones que tomaron ni de las personas a las que amaron para llegar a donde están actualmente y, ¡wow, Toshi, yo-!

—Respira, Denks.

—¡No hay tiempo para respirar, eso es para heteros!

—Oh Dios…—  entre risas el corazón de Shinso se agitaba, y las palabras salieron solas: —Te quiero.

—¡Yo también te quiero!— exclamó el rubio, golpeando con su puño el abdomen del contrario. Fuerte, pero nada que el peli-morado no pudiera soportar. —Es por eso que quiero ser como esa gente, para quererte bien. Toshi, siento haber sido un homofóbico de mierda contigo y haber dicho que ser gay estaba mal, yo…

Dark Magenta ✧ ShinKamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora