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Ya era tarde. Literalmente, estaba atardeciendo. La luz del sol se estaba yendo… justo como la paciencia de Aizawa.

Algunas hojas muertas de color otoño atravezaban esa ruta desierta que llevaría a Dark Magenta a presentarse en un festival musical importante por primera vez en sus carreras, pero ni una señal de cierto chico rubio novio de la vocalista que se había comprometido a acompañarlos.

—No podemos esperarlo toda la vida. Vámonos, se hace tarde.

—Aizawa sensei, por favor aguarde.— Pidió Jirou intentando no decepcionarse aún. —Me prometió que llegaría. Esperemos un poco más, ¿si?

Apoyando su espalda sobre el autobús, Shinso iba a abrir la boca para secundar la petición de la chica, justo cuando el ruido de unas ruedas gastándose y derrapando contra el pavimento llamó la atención de todos.

—¡Ya llegué, estoy aquí!— Gritaba Denki mientras se bajaba de una bicicleta que apenas podía estar entera por lo torturada que parecía, y la tiraba sin cuidado en la gramilla al costado de la ruta. —Lo siento, ¡ya llegué! ¡Woh!

—Ya te vimos, Kaminari.— suspiró el adulto cansado de la vida, adentrándose al bus. —Vamos, suban.

—¡¿No están emocionados?! ¡Esto será genial!

—¿Dejarás la bicicleta aquí tirada?— Preguntó Shoji.

—No importa, ni es mía. Se la pedí prestada a un niño por ahí.—comentó el recién llegado, comenzando a empujar suavemente los hombros de su novia. —¡Apresúrate Jirou, sube! ¡Será genial, será genial!— exclamó sin poder contener la emoción que llevaba encima: —¡WOOH! ¡DARK MAGENTA, SI!

Shinso esbozó inconcientemente una pequeña sonrisa ladeada al tiempo que veía a ese lindo pedazo de euforia con patas subiendo al bus. Por un momento creyó que no llegaría, estaba contento de que estuviera aquí.

—¿Vienes?— se asomó el rubio al notar que él se había quedado parado ahí. —Vamos a necesitar un baterista.

Le guiñó un ojo. Ambos se sonrieron. Y Hitoshi procedió a subir al camión.

Estaba contento de que estuviera aquí, sí, pero no para verlo poner las manos en la cintura de Jirou mientras esta se sentaba en sus piernas muy campante

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Estaba contento de que estuviera aquí, sí, pero no para verlo poner las manos en la cintura de Jirou mientras esta se sentaba en sus piernas muy campante.

Shinso apretó un poco sus amadas baquetas y luego las lanzó en el aire para volverlas a atrapar y hacerlas danzar entre sus delgados dedos pálidos. Jirou y Kaminari hacían una bonita pareja, eso todos lo sabían, pero nadie más que Shinso era capaz de notar como el rubio solo quería mirarlo a él, siguiendo sus movimientos tan hipnotizado como si Hitoshi hubiese usado su quirk en él, y como al mismo tiempo intentaba exageradamente disimular y no ver en su dirección, esforzándose desesperadamente por evitar su mirada. El chico bonito parecía estar sufriendo, y era quizás un poco divertido para el peli-morado jugar con él. De que podría hacerlo todo el viaje, podría… Pero de ser así, los demás sospecharían.

Dark Magenta ✧ ShinKamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora