Capítulo 6. Las Cuatro Preguntas

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La mañana siguiente, fue bastante tranquila en comparación a las dos anteriores. Al despertar, lo primero que Flavio sintió fue un rico olor que sin dudas provenía de la cocina. Samantha había decidido que como compensación por haber preparado la cena y limpiado la cocina, ella se encargaría del desayuno. No era nada elaborado, solo unos huevos con tostadas y jugo y café, pero para la valenciana que era un cero a la izquierda en la cocina, ya era un gran logro.

Al bajar, Flavio se encuentra con la rubia bastante concentrada en su labor, aún en pijamas y cantando una canción que no identificaba. Sin interrumpirla, se sentó en una de las sillas del desayunador. Luego de unos minutos contemplando el panorama, la saludó.

"Buenos días, Samantha."

"Coño, Flavio, ¡Qué susto!" - respondió exaltada la rubia mientras se ponía la mano en el pecho. Flavio echó a reír al ver su reacción, y decidió en ese momento que asustar a la chica sería uno de sus hobbies favoritos.

"Lo siento." - le dijo aún riendo.

"Mare de Deu...por las mañanas tu voz es mas grave si cabe."

"Deberías oírme hacer escalas." - le respondió.

"A ver" - le dijo Samantha alzando una ceja.

"Dooo, Reeee, Miiii" - comenzó el murciano en su registro mas bajo, lo que hizo que Samantha se mareara por las vibraciones que sentía.

"Para, para." - dijo la chica sonrojándose - "Me vibra todo"

Flavio reía viendo a la chica, y ya era el segundo descubrimiento del moreno sobre cómo picar a la rubia en un espacio de menos de 10 minutos. Definitivamente, iba a ser un buen día.

"Déjame ayudarte con eso." - dijo Flavio señalando los huevos que cocinaba Samantha.

"No, estoy bien." - dijo Samantha - "Anoche nos hiciste la cena, hoy me toca a mí. Tú ve pensando que haremos luego."

"Ahora que lo dices, anoche se me ocurrió que si quieres, podemos bajar a la playa...sé que hace mucho frio para un chapuzón, pero en la tarde es muy bonito y podemos ver la caída del sol."

"Me parece perfecto." - respondió la rubia - "Aunque no creo que sea tan bonita como las playas en Valencia." - continuó para picarle.

"Lleva cuida'o, SamanTHA." - dijo Flavio mientras reía.

"Es broma, seguro me encanta. Amo el mar."

"Yo también, me genera mucha paz." - le dijo sonriendo - "Venga, voy poniendo la mesa."

Luego de terminar su desayuno, bueno, si se llevaban de la hora, era mas un brunch que desayuno...lavaron juntos los platos y limpiaron la cocina. Luego fueron a arreglarse para bajar a la playa.

La playa quedaba a solo unas cuadras de la casa de Flavio, así que decidieron ir caminando. Samantha había descubierto que le gustaba simplemente caminar con Flavio. Cuando no hablaban de algún tema serio, siempre encontraban alguna gilipolles de la cual reírse, o simplemente caminaban en un silencio cómodo. La verdad es que les gustaba hacerse compañía.

Samantha quedó gratamente sorprendida con lo bonita que era la costa murciana, e incluso obligó a Flavio a sacarle un par de fotos que luego subió a Instagram. Juntos se sentaron en la arena a ver el Mar Menor, mientras hablaban de todo y nada a la vez. Cuando les dio hambre, Flavio sugirió un restaurante que conocía cerca del Club Náutico.

Al llegar al restaurante, se alegraron de que para ser un sábado en la tarde, no había mucha gente, por lo que podrían estar tranquilos un rato. El restaurante tenía una terraza preciosa, desde donde tendrían unas vistas increíbles del atardecer. Siguieron hablando, entre tapas y bebidas, de varios temas, hasta que él murciano saco el próximo proyecto de la rubia: la película.

El Plan Perfecto | FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora