Capítulo 3. La Cena

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A las 8:30, Flavio se encontraba ya listo para la cena con Samantha y sus amigos. Sabía que a la rubia la puntualidad no era algo que se le daba bien, así que solo se limitó a enviarle un mensaje diciendo que ya estaba listo. La chica le respondió de inmediato dejándole saber que bajaba en 10 minutos.

El chico aprovechó para terminar de organizar algunas cosas que quedaban en su maleta. Entre ellas, se encontraba el único objeto que había traído a Madrid que podía recordarle a su relación con Laura. Era la carta que la chica le había entregado en su tercer aniversario, su último juntos. Al verla, sintió un ardor en el pecho, el mismo que sentía cada vez que se la encontraba en algún bar o restaurante en Murcia, o cuando sus amigos la mencionaban casualmente, luego de haber terminado.

Flavio no era un hombre rencoroso, incluso creía que ya la había perdonado, pero le costaba olvidar. Ese era su gran problema en todo este proceso, no podía olvidar. Por más que pasaba el tiempo, no lograba entender cómo la chica había destrozado todo lo que habían construido juntos.

Seguía pensando en eso, un tanto melancólico, cuando escuchó sonar el timbre. Cuando abrió la puerta, se encontró a Samantha, la cual le sonreía. Al ver la cara del murciano, la rubia supo inmediatamente que algo no andaba bien.

"Fla, ¿qué pasa?" - le preguntó la chica mientras se acercaba a él preocupada.

"No es nada, Sami." - le respondió el chico tratando de sonreír, pero la valenciana ya lo conocía bastante, y sabía perfectamente que le estaba mintiendo.

"Vale, ahora trata de nuevo pero con la verdad" - Le dijo haciéndolo a un lado para poder entrar al piso. El chico se limitó a cerrar la puerta y respirar profundo. Samantha había tomado asiento en uno de los sofás del salón. El chico se dirigió hacia ella y se sentó a su lado, y sin mirarla, inclinó la cabeza como si estuviera derrotado. La chica instintivamente le abrazó. A los pocos segundos, se dio cuenta de que el chico estaba tratando de no llorar. Se separó de él y tomó su cara entre sus manos para poder mirarle a los ojos.

"Flavio, por favor, ya me estoy preocupando de verdad."

"Es lo mismo de siempre, Sam...me siento como un tonto que no puede superar"

"No eres un tonto" - le dijo con toda la sinceridad posible. - "Es normal que te sientas así, Fla. Te sientes engañado y decepcionado y es todo my reciente."

"Es que llevo todo este tiempo pensando en lo mismo. No entiendo cómo pudo hacerme eso, Sam." - dijo el chico tratando de controlar la emoción. - "Laura y yo no solo éramos pareja, éramos amigos. Si me lo hubiera dicho, lo hubiera entendido." - dijo mientras se levantaba del sofá porque sentía que no podía controlarse mientras seguía sentado. - "Yo creo que soy un tipo con la suficiente madurez...¡Joder! Que no soy un troglodita, si me hubiera dicho 'Mira, Flavio, te quiero pero ya no estoy enamorada de ti', me hubiera dolido, sí, pero lo hubiera aceptado...lo que me jode es que nunca me dio ni una señal."

Samantha estaba aún sentada en el sofá, observando cómo el chico se desahogaba. En todo el tiempo que le conocía, nunca le había visto así...y aunque no le sentaba bien verlo mal, sí le gustaba mucho que se sintiera en la confianza de expresarse así delante de ella. Eso quería decir que él también sentía la comodidad y confianza que ella sentía con él.

Levantándose del sofá se acercó al murciano - "Mira, Flavio, yo no puedo decirte las razones por las cuales Laura actuó como lo hizo. Solo te puedo decir que somos humanos y como humanos cometemos errores...Lo que sí te puedo asegurar, es que eres un tipo maravilloso, súper talentoso, y has sido el mejor amigo que he podido tener en este tiempo, y cualquier tía sería una afortunada de estar contigo. Deja de culparte por cosas que no están en tu control, de verdad." - Al oír las palabras de la rubia, Flavio sonrió sinceramente por primera vez en toda la noche, y no puedo hacer otra cosa que abrazar a su amiga.

El Plan Perfecto | FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora