Capítulo 1. Nuevos Comienzos.

960 65 13
                                    

"Mierda"

"Lo siento muchísimo, señorita Gilabert" - me dijo, muy apenado, uno de los asistentes de producción. En medio de mi nerviosismo, había chocado contra el chico y había derramado el jugo que él llevaba, sobre mi vestido.

"No pasa nada, tengo uno adicional." - le dije tratando de calmarlo un poco.

"De verdad, lo siento muchísimo. ¿La puedo ayudar en algo?"

"No, de verdad. Ha sido mi culpa, no veía por dónde caminaba". - Entré rápido al camerino que me habían asignado, y busqué en mi bolso el vestido adicional que había preparado. Esa era una de las lecciones que había aprendido con el transcurso de los años en esta industria...con lo torpe que soy, siempre debía llevar un vestuario adicional para cualquier compromiso público.

Ya lista, me detuve un momento a observarme en el espejo. En este tipo de ocaciones, normalmente lograba mantenerme tranquila, pero esta no era una ocasión normal. 'No pasa nada, Samantha', me repetía mil veces. 'Tú puedes con esto y más'.

Oí como tocaban a mi puerta, lo que solo podía indicar que ya era hora. Antes de salir, tomé mi móvil. Seguí al chico de producción quien, en silencio, me guía hasta el plató. Me colocaron los micrófonos y la chica de maquillaje me dió los últimos toques. Sabía que lucía perfecta.

Traté de respirar profundo para calmar mis nervios. Todo mi equipo me había dejado muy claro la importancia de esta entrevista. Era la primera desde lo que, junto a mis amigas, habíamos llamado "El Evento". Básicamente, el muy mierdas de mi ex-prometido, luego de tres años de relación, decidió dejarme plantada el día de nuestra boda. Y no conforme con eso, a los dos días organizó una rueda de prensa en donde me describió como su "crisis de la mediana edad". Gilipollas.

El cronómetro indicaba que estaríamos en vivo en unos cinco minutos, así que revisé por última vez el correo que me había enviado mi publicista como guía para la entrevista. En ese momento, recibí un mensaje que me hizo sonreír un poco.

F: "Buena suerte, Rubia. Sé que lo harás genial ✨"

S: "Vaya...Cuanta confianza tienes en mí. 🙂🙃"

F: "¿Estás muy nerviosa? 🙄"

S: "Sí, a ti no te voy a mentir 🤮"

F: "Vale, pues hablemos de otra cosa y así te distraes...en dos semanas vuelvo a Madrid."

S: "¿QUÉ? 😳🤯"

F: "Siiii...¿de casualidad no sabes de pisos disponibles?"

S: "PERO VAMOS A VER FLAVIO AUGUSTO, ¿TE VIENES A VIVIR A MADRID?"

F: "Sí, creo que es lo mejor. Así me alejo un poco de mi 'situación' y adicional me queda más cómodo para el trabajo 🙏🏼"

S: "Ya, es cierto. Voy a ver si encuentro algunas opciones de pisos disponibles, creo que hay uno en mi edificio 😇"

F: "¿Quieres decir que existe la posibilidad de que seamos vecinos? 😈"

S: "...pero no te vengas muy arriba, que tengo que confirmar 🧐"

F: "Vale, vale...tu confirma y me avisas. Ahora te dejo. Te voy a estar viendo👌🏼"

S: "Gràcies, bonico! Hablamos luego! 😉✌🏼"

Luego de cerrar el chat y poner el móvil en silencio, me quedé pensando un poco en la conversación que acababa de tener. La verdad, es que si alguien me hubiera dicho, hace un año, que uno de mis mayores pilares iba a ser Flavio Fernandez, el "Ídolo Adolescente", me hubiera reído en su cara. Si bien es cierto que al ser ambos cantantes, y él una clara estrella en ascenso y que por trabajo nos rodeamos en círculos similares, por nuestros estilos y personalidades, se podría decir que somos polos opuestos.

El Plan Perfecto | FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora