23. Condenados

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Si algo agradezco a la Athea de mis sueños y un poco a la real, fue el irme abriendo los ojos con respecto a Cayden, el príncipe es alguien con quien debes andarte con cuidado

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Si algo agradezco a la Athea de mis sueños y un poco a la real, fue el irme abriendo los ojos con respecto a Cayden, el príncipe es alguien con quien debes andarte con cuidado. Fingir ser la dama ideal para él me ha costado noches de insomnio, días de pensar en la nada y horas e ansiedad que he tenido que disimular y bloquear cada vez que aparece. Desde aquella noche en la torre no he vuelto a ver a Julian y es lo mejor, temo por su seguridad. La mirada que recibió de Cayden no me gusto en absoluto.

Sus poderes me causan pavor, lo que hizo en el club, con mi mente, lo fácil que le es ir por ahí sin expresión alguna. Es tan bueno ocultando sus capacidades que resulta imposible medir el alcance de las mismas. 

Me siento en extremo nerviosa mientras camino hacia su habitación, como siempre, imano que mis pensamientos son un tesoro que debo guarda bajo llave y extiendo en mi mente la idea de que el trono no es tan malo y lo que piensa Cayden debería ser ley, me siento sucia cada vez que le doy la espalda a lo que realmente soy y quiero.

No estaba preparada para este día, para presentarme como testigo en el juicio de Ashton y ver como el príncipes y el concejo le condenan. Me estaría condenando a mi misma. Una vez de parte del trono, llevarles la contraria significaría la muerte.

He leído como loca sobre las infinitas crueldades a las que someten a los enjuiciados cuando el veredicto no es favorable. La época de la inquisición parece nunca haber pasado en el hogar de la realeza Vrykolaka. Multiplicada diez veces para adaptarse a la fuerza sobrehumana de los inmortales.

Y en todos los casos culminadas con la muerte definitiva de aquellos que resulten culpables.

—Piensas demasiado sobre confirmar tu asistencia —dice Cayden apenas entro en su habitación y me da un beso en cada mejilla a modo de saludo—.  Teniendo en cuenta todo el daño que ese cegado te ha causado a lo largo de los años. No puedo comprender el porqué de tus contrariados pensamientos. Castigarle es lo que se debe hacer, sin lugar a dudas.

Y ese es el problema con Cayden, fue criado en el seno de la crueldad, no tiene valores humanos, a pesar de no identificarse con las bestias inmortales, su salvajismo, autoglorificación y frialdad es lo único que ha conocido siempre.

El trono no solo creo un híbrido perfecto, también a un excelente manipulador, con cero empatía.

—No me pesa que pague por sus delitos, él es el único responsable de lo que ha hecho a la largo de su vida. Con lo único que no quiero cargar es con la culpa de ser quien lo condene.

—No debes preocuparte, no seras quien lo haga —frota sus manos en la mullida piel del abrigo que cubre mis brazos—. Seré yo.

Trago saliva

—Mi madre sigue en Rumanía. Estará arreglando asuntos un poco más —no quería saber a que se refería con aquello a Ashton debía juzgarlo el concejo, gracias a la orden de la reina se ha hecho una excepción por mi —sus manos van a ni rostro—. Jamás dejaría que los daños impuestos en ti quedasen impunes.

Cold Blood✅ [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora