Cold Blood✅ [Libro 2]

32. La caída de los tres tronos

Las personas enloquecen, comentan sin cesar y busco los ojos de mi hermana quien suplica con la mirada clavada en mí. Niego con la cabeza, desconociendo de qué se nos acusa a ambos y le doy un vistazo a Evan quién la aferra a sus brazos para controlar su ansiedad.

Ella desfila con galantería, sonriendo e inclinándose ante las personas que le hacen reverencias por ser la dama del príncipe, no mira en nuestra dirección ni siquiera cuando Evan llama su nombre en un murmullo.

La pelirroja se arrodilla ante la reina, con el amplio vestido rojo arremolinado a su alrededor, su rostro es enmarcado por rizos artificiales y suficiente maquillaje como para súmale unos cuantos años.

—Me place contemplar por fin su rostro, su grandeza.

—Quién iba a decir que está joven tan angelical diera pie a tantas discordias.

—No me siento orgullosa de hacerlo, pero si de pertenecer al lado correcto majestad —la aludida responde con respeto.

—Anabelle fue transformada en un brutal ataque ocasionado por Ashton Sahirs, cuyas culpas hemos condenado en un juicio con el concejo, hoy ella es traída de nuevo para contar su historia con el clan Vriklas.

—Debo interferir majestad —Athea hace que las miradas se vuelvan a ella—. Como maestra de la mente soy consiente de cuan manipulables pueden ser algunas personas, sin ánimos de defender a nadie debo preguntar si la relación que mantiene con la chica no estará influyendo en su declaración.

—Si me permite, su alteza, me gustaría responder a eso —con una mirada inocente que conozco bien, Anabelle pide permiso al príncipe y este asiente—. Como persona que en el pasado ha sido influida por ti Athea, doy fe de que mis palabras son completamente consientes, sin interferencia de ningún sentimiento y perfectamente objetivas.

La mirada retadora que le dispara a la consejera enciende una alarma en mi interior, una positiva, porque el brillo en sus ojos es de determinación y confianza. Nada comparado al de sumisión ha venido queriendo aparentar.

>>La persona a juzgar ya está pagando su condena, debo mis injurias únicamente a Ashton Sahirs. Por él soy lo que soy, por él estoy hoy aquí...

—¡Solo responde a las preguntas sin rodeos! —habla Cayden y es más una orden que una petición.

Anabelle amplia mucho los ojos.

>>Mi curiosidad desmedidamente me hizo caer en la boca del lobo, todos en el Clan de Atenas intentaron evadirme y alejarme de ellos, incluso del pueblo mismo. No fue hasta que Ashton me atacó que descubrí todo este mundo oscuro, se me llamó para declarar sobre los delitos de los Vriklas, la transformación de Elliot, el asesinato de Michel y el ataque al concejo, esto último se ha aclarado. No tengo nada en contra de Arion Vriklas, por el contrario, agradezco su interferencia y su intento de apartarme de los suyos por protección...