22. Revelación

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El camino al gran tanque fue un poco incómodo, digo, tener a Arion, Evan, Agniet y Elya en un mismo auto no puede ser un buen augurio

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El camino al gran tanque fue un poco incómodo, digo, tener a Arion, Evan, Agniet y Elya en un mismo auto no puede ser un buen augurio. Agniet no ha borrado la sonrisita de suficiencia desde que llegó al despacho en medio del incomodo silencio que se formó luego de la confesión de Elya y yo no dije mucho sobre mi embarazosa situación con Arion. Si este ultimo no fuese el rey del hielo no estaría tan mortificada, pero es que ni yo misma comprendí su actuar.

El resto de los chicos ya se encuentran en el lugar cuando llegamos. Eithan y Val parecen muy centrados en una sería conservación, tanto que hasta Dick parece confundido mientras permanece en silencio, con el ceño fruncido y los brazos cruzados en el pecho.

Eris no está con ellos debido a que decidió quedarse a descansar, al parecer había estado enferma durante varios días y es por eso que tuvieron que posponer hasta hoy su encuentro con el Clan de Atenas.

Estoy llevando un suéter demasiado grande para mi pequeña estatura y desentono totalmente con los altos y elegantes seres a mis costados, a excepción de Agniet claro, quién me iguala en estatura pero tiene más destreza en una uña que yo en todo mi desgarbado cuerpecito.

—¿Quién va a cargar a la humana? —masculla Arion con aburrimiento.

—Nadie —respondo arrugando mi nariz—, mis pies y manos funcionan a la perfección.

Se encoje de hombros.

—Como gustes, solo grita si resbalas.

Dicho eso se sienta en el húmedo césped en posición de indio. Pienso que alguien va a seguirme, no obstante, uno por uno a excepción de Eithan y Agniet imitan al rubio.

—Nadie va a seguirte a paso humano, pastelito —aclara Eithan—. Es fuerza mal gastada pero si tu quieres demostrar de que estás hecha, adelante. ¡Ánimo!

Bufo y comienzo a caminar arrastrando mi orgullo. No está de más decir que es tanque es aterrador, la primera vez que estuve en esta posición era alentada por la adrenalina y energía desbordante de Ana, la segunda  ni siquiera estaba consciente y ahora...Jesús, esto está tan alto. El publico mirándome no es de ayuda.

Siento bajo mi palma sudorosa el frío de la escalera metálica, mis brazos tiemblan y se me dispara el corazón cuando subo los primeros peldaños chirriantes. El sonido va directo a mis dientes y terminan castañeteando. Respiro, respiro y respiro antes de mirar hacia abajo y cuando creo que he recorrido una gran distancia solo me encuentro suspendida a penas medio metro por sobre el suelo.

Pego la frente al metal, frustrada.

—Me rindo —digo en un susurro que se lleva toda mi dignidad.

—Te lo dije —escucho la voz de Dick detrás de mí.

—Confíe en ti, Kate —miro a Val a través de los barrotes llevar una mano a su pecho, luciendo decepcionada.

Cold Blood✅ [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora