13. El plan del trono

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—Señorita Castle, haga el favor de responder ¿Qué-relación-tiene-usted-con-Elliot Matthews?

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—Señorita Castle, haga el favor de responder ¿Qué-relación-tiene-usted-con-Elliot Matthews?

El aliento almizclado del oficial de policía golpea mi rostro haciéndome alejar la cabeza para que el anciano no me escupa. ¿Donde está el guapo detective que al parecer todas las series y libros quieren que crea que tienen todas las comisarías?

—No-tengo-ninguna —respondo utilizando el mismo tono que él.

El golpe en la mesa que buscaba intimidarme me causa fastidio.

Han sido dos días de lo mismo. A penas he podido dormir y saber del mundo exterior. Me siento como una criminal aunque sé que no lo soy.

Lástima que no pueda defender a los Vriklas con la misma seguridad.

—¡Confiese!

—Esto es estúpido —me inclino hacía atrás limpiando mi cara con una mueca de asco—. No estoy obligada a decirles nada, no tengo nada que ocultar, tengo derecho a un abogado y si vuelve a encimarse de esa manera lo demando por acoso.

El inspector se gira indignado y sale del cuartucho que simula ser una sala de interrogatorios.

Acto seguido apoyo los codos en mis rodillas y entierro la cara entre mis palmas. Llena de frustración.

Pienso en Elliot y de inmediato desisto, aunque esté restringida del mundo en estás cuatro pequeñas paredes debo cuidar mis pensamientos. Eso fue algo que él se encargó de dejarme claro y que es muchísimo más difícil de lo que alguna vez creí.

¿Como evitas pensar?

Necesito una master class que hable sobre eso.

Cansada y llena de frustración salgo de la estación de policía.  Al ser de pueblo no es mucho mas que una caseta de un piso donde hay un único calabozo, dos oficinas, un baño y el cuarto de trastes donde me estaban "interrogando".

Mi madre está en los banquillos de la entrada, mordiéndose las uñas y sacudiendo un pie de arriba a abajo. Mi padre camina de un lado al otro con el móvil pegado a la oreja.

Paso de largo intuyendo que se lanzaran contra mi a atocigarme de preguntas que no podré responder.

Me estoy yendo con una tentativa de arresto. Con muchas advertencias y seguramente una orden de monitoreo mientras el caso de Anabelle siga abierto.

Una vez afuera me dan ganas de girar los ojos al ver la pequeña conglomeración de pueblerinos a la expectativa de lo que pueda pasar.

Todos me miran, pero nadie se atreve a dirigirme la palabra. Solo observan y juzgan con sus miradas al tiempo que secretean los unos con los otros. No me intimido, ni mucho menos bajo la cara.

—¡Kate! —mi madre llama detrás de mi.

Cuando la miro luce bastante avergonzada por las personas que ahí están. Eso no puede decepcionarme menos. Mi padre tampoco es capaz de mirarme a los ojos. Las apariencias lo han sido todo para ellos durante toda su vida.

Cold Blood✅ [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora