Irene recordaría para siempre aquel día de diciembre por muchos motivos. En cuanto acabó la carrera se desató la locura entre el público que había venido a presenciarla. A nadie le importó demasiado que hubiera quedado en segunda posición. De hecho, empezaron a festejar su triunfo como si hubiera resultado la ganadora absoluta de la competición. Para todos los alumnos era obvio que Lucie no tendría que haber corrido, e incluso el profesor de educación física felicitó a Irene en un aparte y se lamentó por la injusticia. Los asistentes se animaron, en parte gracias a los termos de café irlandés que habían circulado profusamente, y empezaron a entonar cánticos contra la ganadora. Tuvo que suspenderse momentáneamente la entrega de trofeos, y el comité deportivo del colegio se reunió de manera extraordinaria con las participantes. Al final se armó tal revuelo que Irene incluso se perdió la carrera masculina. Más tarde, ya de vuelta en el autocar, supo por otra chica que Marcelo había ganado y tuvo que reprimir un grito de alegría al enterarse. Al llegar a su habitación, totalmente agotada, apenas tuvo tiempo de darse una ducha rápida y colocar la copa de plata en una estantería. Pensó en hacerle una foto y enviársela a sus padres a través del teléfono móvil, pero, cuando estaba a punto de hacerlo, Heather y Martha se presentaron en el cuarto para recogerla y llevarla al pub, donde se iba a celebrar una fiesta en homenaje a los ganadores. —¡Pero si no he ganado! —protestó Irene, mientras sus amigas la arrastraban hacia uno de los coches de los profesores, que esperaban en la explanada para transportar a todo el mundo hasta el Dog & Bone. —Eres la ganadora en justicia. Y aunque no lo fueras, la fiesta es para todos los que habéis participado en la January Race —le explicó Martha, haciendo gala de una paciencia poco habitual. Irene se consoló pensando que, si bien no tenía tiempo de descansar, al menos vería a Marcelo en el pub y podrían celebrar juntos el triunfo de su amigo. Tras la carrera, tenía la impresión de que podía empezar de cero con su vida, una sensación acentuada tal vez porque acababan de estrenar el año nuevo. Marcelo había estado muy esquivo con ella los dos últimos días, y eso la ponía nerviosa. Tal vez su comportamiento extraño se debiera a la marcha de su hermana, que se había despedido el día anterior para volver a sus clases en Australia. Brenda se hacía querer e Irene comprendía que él debía de echarla mucho de menos, ya que se veían muy poco. Ella se había integrado de tal manera en su vida en el otro continente —incluso Irene había llegado a confundirse con su acento, deformado por los años que había pasado lejos de Inglaterra— que a menudo pasaba mucho tiempo sin que los dos hermanos se reencontrasen. Sin duda, eso le entristecía. Llegaron al pub entre risas y pitidos de los coches, que se iban siguiendo los unos a los otros formando una larga caravana. Irene volvió a atravesar las puertas de aquel local familiar donde había
![](https://img.wattpad.com/cover/31862957-288-k694818.jpg)