Cuando llegamos al cuarto en el motel de Gaara, es oscuro.
Tropezamos a través de la puerta, cansados, polvorientos y riendo. Me siento en el sofá mientras que Gaara recoge un pedazo de papel en el mostrador de la cocina.—¿Dónde está Evay?
Sostiene la nota—. Tomo un auto de regreso a los Angeles. Dijo que al aire sin procesar invadía sus poros.
—No te ves muy destrozado por eso.
Saca dos cervezas de la nevera y se encoje de hombros—. Hay más de donde vino.
Gaara recoge la guitarra que está en la mesa de café y toca algunos acordes. Luego busca bajo el cojín y saca una bolsita de plástico transparente. Lo lanza a mí.
—Todavía haces los mejores porros de este lado del Mississippi, ¿o el establecimiento te asimiló completamente al colectivo?
Sonrío y recojo la bolsa. Enrollar un buen porro toma concentración.
—Usas mucha hierba y es sólo un desperdicio —demasiado poca y pierdes el propósito.Se trata de un proceso relajante. Como tejer.
Lamo el borde del papel y lo aliso. Luego se lo paso a Gaara.
Lo mira con admiración—. Eres un artista.
Pone el porro entre sus labios y enciende su Zippo.
Pero antes de que la llama toque la punta de sus labios, cierro la tapa de metal con fuerza.—No. Podría drogarme por el contacto.
—¿Entonces?
Suspiro. Y miro a Gaara a la cara
—. Estoy embarazada.Sus ojos se amplían. Y el porro cae de sus labios.
—¿No mierda?Niego con la cabeza
—No mierda, Gaara.Se gira hacia adelante, mirando la mesa. No dice nada por varios momentos, así que lleno el espacio muerto.
—Shikamaru no lo quiere. Me dijo que abortara.Las palabras salen sin vida. Planas. Porque todavía no puedo creer que sean verdad.
Gaara se vuelve a mí y sisea—. ¿Qué?
Asiento. Y lo lleno con los detalles más sórdidos de mi salida de Nueva York. Para cuando estoy acabado, él está sobre sus pies, enojado y paseando. Murmura—. Ese hijo de puta me debe un arma.
—¿Qué?
Hace un gesto—. Nada —Luego se sienta y empuja una mano a través de su pelo—. Yo sabía que era un idiota, lo sabía.
—¿Sabes qué? Que se joda. Haces buen efectivo, así que seguro que no necesitas su dinero. ¿Y en cuanto a toda la cosa del padre? Está sobrevalorado. Tuviste un padre por como cinco minutos... mi prima y yo nunca. Y los tres resultamos geniales.
Replantea esa declaración.
—Está bien, quizá no Ten Ten . Pero aun así, dos de cada tres no está mal.
Podríamos...Lo interrumpo—. Creo que voy a abortar, Gaara.
Se queda en silencio. Totalmente. Enteramente. Completamente.
Pero su conmoción y decepción suena fuerte como un gran tambor. O tal vez es sólo mi propia culpabilidad.¿Recuerdas hace unos veinte años, cuando esa señora Susan Smith ahogó a sus dos hijos, porque su novio no quería una mujer con hijos? Como el resto del país, yo creí que ella debería haber sido ahorcada por sus dedos y que su piel fuera raspada de su cuerpo con un rallador de queso.
Es decir, ¿qué clase de mujer hace eso? ¿Qué clase de mujer elige a un hombre por encima de su propia carne y sangre?
Una débil.
ESTÁS LEYENDO
Enredados -ShikaSaku-
FanfictionENREDADOS... No es la novela romántica de tu madre. Es una escandalosa, apasionada e ingeniosa historia de un hombre que sabe mucho de mujeres... sólo que no tanto como él cree que sabe. Conforme cuenta su historia, Shikamaru aprende que la única...