Epilogo

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Así que… ¿qué hemos aprendido de esta historia?

Primero y principal, ¿fiestas de despedidas de solteros? Terrible idea.
Una vez que estás en una relación comprometida, ir a bares o clubes de striptease sin tu media naranja es sólo buscar problemas. Quienquiera que haya iniciado la tradición de las fiestas de despedidas de solteros, debería ser enterrado vivo en una fosa común con el chico del karaoke y con… bueno… iba a decir Gaara.

Pero supongo que podemos dejarlo vivir. Ya lo he aceptado – es inofensivo.
También es tonto, molesto y… decente. Un tipo correcto, un buen amigo.
Eso ya lo sabías, ¿no es así? Nunca seremos los mejores amigos, pero las pocas veces que tenga que verlo en el año estará bien conmigo. ¿Qué más?

Ten fe en ti misma, de hecho, es posible aprender de tus propios errores. Yo lo hice. Y esta vez, cuando estuve en aprietos, no lo arruiné. Creí en Sakura, confié en lo que teníamos e hice lo correcto. Malditamente al final lo hice.
Ahora volvamos a la parte que de verdad te interesa. La boda.

***

Naruto, Choji, Sai, mis padres, Daisuke y yo llegamos a la catedral de San Patricio a tiempo. A pesar de que muy pocas veces cierran la catedral al público, para nuestro evento, y para acomodar a los miles de invitados en los bancos de la iglesia, se acordó hacerlo. La donación “importante” que di también sirvió mucho.
Mantengo un ojo sobre mi hijo mientras él corre arriba y abajo en el pasillo, deteniéndose ocasionalmente para disfrutar de la atención que le da algún invitado. Luego, estrecho mi mano con el padre Dougherty, el sacerdote que celebrará el matrimonio.

—¿Cómo te sientes esta tarde, Shikamaru? ¿Estás listo?

—Nací listo, padre.

—Es bueno oír eso. La limusina de tu novia acaba de llegar, así que ya puedes ocupar tu sitio en el altar.

No hay ansiedad, ningún nerviosismo de que estoy cometiendo un error. No tengo los pies fríos. Lo único que siento es excitación. Impaciencia.
Mi madre agarra a Daisuke y se dirigen al vestíbulo. Mi padre y yo caminamos por el pasillo del costado, directo al altar.
 
Cuando nos encontramos a medio camino, él me detiene colocándome una mano en el hombro. Sus ojos, tan parecidos a los míos, están llenos de emoción.
—Si no te lo dije antes, quiero asegurarme de que lo sepas. Estoy tan orgulloso de ti, hijo. Eres un buen hombre, eres un padre fantástico, y no tengo ninguna duda de que serás un marido excepcional. Estoy muy orgulloso, Shikamaru.

Luego, me abraza. Firme y seguro, el tipo de abrazo que me dice que a pesar de que yo sea un hombre casado y padre de un hijo, él todavía es mi papá y yo siempre seré su hijo.
—Eso significa mucho para mí, papá —le digo emocionado—. Gracias por  ser siempre el mejor ejemplo de lo que debe ser un padre y un esposo.

Nos palmeamos mutuamente la espalda. Luego, me da un golpecito en los bíceps.
—Ahora ve allá antes de que Sakura cambie de opinión.

Sonrío con suficiencia.
—Altamente improbable de que eso suceda.

Levanta sus hombros.
—Mejor asegurarse que lamentarse. Nunca pensé que tu madre podría echarse atrás tampoco.

No había escuchado eso antes.
—¿Mamá no quiso casarte contigo?

Me palmea de nuevo la espalda.
—Esa es una historia para otro día, hijo. Ve a casarte y disfruta cada segundo de ello.

Con eso dicho, se va hasta la parte de atrás de la iglesia. Me encuentro con Naruto y Sai en el altar.
—¿Tienes los anillos? —le pregunto a Naruto.

Se golpea el bolsillo.
—Sanos y salvos.

Cuando el pianista empieza a tocar la música.
Sai dice:
—Esa es nuestra entrada.

Enredados -ShikaSaku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora