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CADA SUPERHÉROE TIENE UN ESCONDITE... un santuario. Al menos todos los buenos lo tienen. Yo también tengo uno. Mi propia y personal Bati-cueva. Es donde sucede la magia. Donde construí la leyenda que es mi carrera.

Mi oficina en casa.

Es un paraíso masculino. Una zona libre de coños... de la buena forma. Todo hombre debería tener uno.

Yo lo decoré cada pieza, cada detalle. Si mi auto es mi bebé, esta habitación es mi primogénito. Mi orgullo y alegría.

Pisos de caoba, alfombras orientales hechas a mano, sofás de cuero inglés. Una chimenea de piedra y estantes incorporados de línea en una de las paredes. Detrás de mi escritorio está una ventana con un completo cuadro que ofrece una vista impagable de la ciudad. Y en la esquina hay una mesa donde los chicos y yo bebemos whisky añejo, fumamos habanos y jugamos al poker una vez al mes.

Es la única vez que Sai tiene permitido salir a jugar.

Estoy en mi escritorio, en boxers, trabajando en mi laptop. Es lo que hago cada domingo por la tarde.

¿Sakura? No, todavía está aquí. Pero después de nuestro pequeño encuentro anoche, me imagine que debería dejarla dormir. Recargar las baterías. Cancelé el almuerzo con mi madre y no aparecí al juego de baloncesto con los chicos. Y ahora estoy mirando el borrador final de un contrato cuando una voz soñolienta me llama desde la puerta.

—Hola.

Levanto la mirada y sonrió.
—Hola.

Lleva otra de mis camisetas, la negra de Metallica. Esta llega más allá de sus rodillas. Eso y el pelo revuelto por el sueño hacen que parezca dulce pero sexy. Seductora.
En comparación con Sakura, el trabajo no se ve ya tan apetitoso.
Pasa una mano a través de su cabello mientras sus ojos se deslizan por el cuarto.

—Esta es una hermosa oficina, Shika. Impresionante.

Sakura es el tipo de mujer que aprecia la importancia de un espacio de trabajo impresionante. Si quieres ser un ganador, necesitas una oficina que diga que ya eres uno.

—Gracias. Es mi lugar favorito en el apartamento.

—Puedo ver por qué.

Recoge un marco en uno de los estantes y me lo demuestra
—¿Quién es?

Es una foto de Haley y yo en la playa el verano pasado. Ella me había enterrado hasta el cuello en la arena.
—Mi sobrina, Haley.

Observa la foto y sonríe.
—Es adorable. Seguro que te adora.

—Sí, lo hace. Y prácticamente cortaría mi mano si ella me lo pide, por lo que es equitativo. Me gustaría que la conozcas algún día.

Sakura no duda.
—De verdad, me encantaría.

Hace su camino a mi silla y se sienta en mi rodilla. Me inclino hacia adelante hasta que mis labios encuentran los suyos, mi lengua profundamente en la boca que ahora conozco tan bien.

Ella se arrima contra mi pecho desnudo
. —Estas tan caliente— Descansa su cabeza en mi hombro y mira mi ordenador—. ¿En qué estás trabajando?

Suspiro.
—Este acuerdo con Tecnologías Jarvis.

Jarvis es una empresa de comunicaciones. Buscan adquirir una filial de banda ancha por satélite.
Me froto los ojos.

—¿Problemas?

Normalmente soy un lobo solitario cuando se trata de negocios. No confió y no comparto. Mi opinión es la única que cuenta. Pero hablar con Sakura de negocios es como hablar conmigo mismo.

Enredados -ShikaSaku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora