Después que el carro de las chicas se aleja, Naruto dice:
—Nuestro camino es por allá, chicos.Señala con su pulgar hacia una gran limusina negra y brillante al final de la cuadra. Mientras caminamos, le pregunto a Sai:
—¿Tú e Ino lograron resolver su mierda?—Ehh… No todavía pero su actitud está definitivamente mejorando. Nunca estuve realmente preocupado. Tu hermana cree que es ella quien tiene el control, pero todos sabemos quién es realmente el que está a cargo.
Sí, esa es mi hermana.
Él se golpea el pecho.
—Yo soy el hombre.No tengo el corazón para destruir las ilusiones de Sai, así que sólo le doy un golpecito en la espalda y le digo:
—Sí, Sai, tú eres el hombre.***
Nuestra primera parada es Carnevino, la mejor casa de bistecs de las Vegas, donde nos regalamos una estupenda cena acompañada de un vino tinto de primera calidad. El ambiente es impresionante, techos altos, pisos de mármol italiano, muebles antiguos. Luego, nos dirigimos hacia Havana Club, un club de elite donde se fuman cigarros.
Allí es donde nos encontramos ahora. ¿Nos puedes ver? En ese pequeño cuarto privado de atrás, sentados en esas cómodas sillas de cuero. Un cigarro en una mano mientras giramos un vaso lleno de un líquido ámbar en la otra, al mismo tiempo que un gran círculo de humo rodea nuestras cabezas.Gaara emite una tos afónica por tercera vez.
—Deja de inhalar —le advierto.—No puedo evitarlo —me dice—. Inhalar el humo es un acto reflejo.
—Mejor que lo evites o pronto estarás vomitando un pulmón.
Hablo desde la experiencia. Cuando Naruto y yo teníamos 12 años, nos robamos unos cuantos cigarros cubanos de mi padre y nos los fumamos en el techo de la casa de los padres de Naruto.
Gaara da un sorbo a su brandy y hace una mueca.
—Es un gusto que se adquiere con el tiempo —le dice Sai—, te acostumbrarás.Gaara mira dentro de su vaso.
—¿Por qué quiero hacerlo?—Porque —digo estirando mis brazos y señalando la habitación a nuestro alrededor—, esta es la buena vida, amigo.
Él arruga su nariz.
—Creo que me gusta más la vida común y corriente.Vuelvo a poner el cigarro en mi boca y asiento.
—Una vez más, no me sorprende.Choji se echa hacia adelante.
—Antes de meternos de lleno en el principal motivo por el que estamos aquí,
¿por qué no hacemos un brindis?Sai levanta su vaso.
—Estoy de acuerdo con esa propuesta.Sonrío y me pongo de pie.
—De acuerdo. Sólo quiero decir gracias, a todos ustedes, por tomarse tiempo de sus ocupados horarios para compartir esta ocasión muy importante para mí. Si decido salir a divertirme, no elegiría otras personas que no fueran ustedes, chicos.—Doy un vistazo a Gaara—. Más o menos.Luego, levanto mi vaso.
—De todas formas, brindo por los mejores amigos que alguien puede tener. Gracias.
Tomamos y todos aplauden y hacen hurras, luego tomo asiento. Gaara se pone de pie.
—Si vamos a decir algunas palabras, el primero debo ser yo.Los otros chicos le ceden le palabra. Se endereza, aclara su garganta y con una expresión seria, nos mira a cada uno.
—Siempre me consideré el único lobo en mi manada.
Todos estallan en risas. ¿Quién iba a pensar que Gaara tenía la suficiente capacidad cerebral para tener sentido del humor?
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Enredados -ShikaSaku-
Fiksi PenggemarENREDADOS... No es la novela romántica de tu madre. Es una escandalosa, apasionada e ingeniosa historia de un hombre que sabe mucho de mujeres... sólo que no tanto como él cree que sabe. Conforme cuenta su historia, Shikamaru aprende que la única...