No soy un gran fan de los viajes aéreos. Por varias razones. En primer lugar, hay un piloto. Nunca puedes estar seguro de sí sabe lo que está haciendo. Tal vez obtuvo su licencia en una caja de cereales. Tal vez su padre hizo una generosa donación a su escuela de vuelo.
¿Si quiero poner mi vida en peligro?
Le preguntaría a mi hermana si ha subido de peso.Luego está la farsa de ello. No importa cuántos agentes de seguridad revisen a las personas, no importa cuántas bolsas de esos ex empleados de McDonalds busquen. ¿Si alguien realmente quiere hacer daño? Eventualmente, lo hará. Las líneas aéreas deben enfrentar la posibilidad. Como esas señales de NADE BAJO SU PROPIO RIESGO en la playa. Cuando el agente entregue la tarjeta de embarque, él o ella deberían decir: “Agárrese, rece que su culo no vuele por los aires y tenga un buen vuelo”.
¿Eso sería realmente tan terrible?Finalmente, existe la pesimista certeza que si algo —incluso accidentalmente— ¿sale mal? Estas frito. Sé lo que dicen las estadísticas —que es más probable que tengas un accidente de coche, bla, bla blah. Pero la cosa es así— un montón de personas han tenido choques de autos y han salido sin un rasguño. Ahora dime ¿cuántas personas conoces que hayan escapado ilesas de un accidente de avión?
Exactamente.De todos modos —yo no dejo que esas preocupaciones interfieran en mi vida. No se meten en mi camino. En absoluto. Porque el miedo no hace a un cobarde— son las acciones. Soy un montón de cosas, pero una de ellas no es un cobarde. Y tengo que admitir, aunque no es mi pasatiempo favorito, solían haber beneficios al volar.
Lo que significa la verdadera mezcla heterogénea de mujeres disponibles que se pueden encontrar en los aeropuertos y aviones. Está la solitaria ama de casa, la empresaria con exceso de trabajo, la despreocupada estudiante graduada buscando soltarse un poco... la azafata.
En los últimos años, el control de calidad en la última ha decaído mayormente. Érase una vez, el atractivo sexual estaba en la descripción del trabajo. Ese ya no es el caso. Pero me parece que las compañías aéreas tienden a programar al menos una mujer follable en cada vuelo. En mis días de hombre soltero, eran la presa más fácil. Siempre tan ansiosas de ser serviciales.Una vez, en un viaje de negocios a Singapur, tres impresionantes asistentes de vuelo estaban listas, dispuestas y capaces de mostrarme todos los lugares dignos de ver, dentro de su habitación de hotel. Teníamos toda la escala. Eso es lo que yo llamo algunos cielos amistosos.
Hablando de eso, una se dirige ahora a nosotros. Ella es atractiva, delgada, alta, con largo y oscuro cabello recogido en los lados y profundos ojos azules con un sesgo exótico. Sus manos están cuidadas —delicadas— el tamaño perfecto para una decente masturbada.
Sí, los tipos notan cosas como esa.—Lo siento, señor, tendrá que mantener el cinturón abrochado hasta que el capitán apague la señal.
Bajo la vista hacia el cinturón en cuestión, entonces la vuelvo a levantar.
—Cierto. ¿Porque si estamos cayendo en picada desde unos veinte mil pies, este pequeño pedazo de tela va a interponerse entre una muerte segura y yo?Como he dicho, hipócritas.
Ella se ríe. Y la señal de cinturones amarillo sale con un ding. Sonrío.
—Supongo que me escuchó.Me da una completa sonrisa de labios rosa.
—Supongo.Esos ojos azules miran alrededor de la cabina de primera clase.
—Un pajarito me dijo que te diriges a las Vegas para una fiesta de despedida de soltero, y tú eres el novio.—Ese soy yo.
Me entrega una mimosa.
—Felicitaciones.—Gracias.
Le entrega una copa a Sakura, luego vuelve su atención a mí.
—Así que... ¿dónde te estás quedando?Tomo un sorbo del brebaje naranja.
—Bellagio.
ESTÁS LEYENDO
Enredados -ShikaSaku-
FanfictionENREDADOS... No es la novela romántica de tu madre. Es una escandalosa, apasionada e ingeniosa historia de un hombre que sabe mucho de mujeres... sólo que no tanto como él cree que sabe. Conforme cuenta su historia, Shikamaru aprende que la única...