El Color De Tus Besos

Cerrar y Seguir Adelante

Juliana le había pedido a Valentina que la llevara a su cama para tratar de dormir, porque se sentía agotada por todas las emociones vividas durante el día, las cosas que Macario le había dicho seguían causándole un terrible malestar y la morena estaba muy arrepentida de haber querido averiguar la verdad, ya no quería saber nada de todo este asunto, nada de Lupe, nada de Macario, estaba triste y muy dolida, sentía como su corazoncito se rompía por las acciones de su madre.

Valentina hizo todo lo posible por reconfortarla, la tomó delicadamente de la mano para ayudarla a levantarse y la dejó sentada en la cama para ir a buscar y sacar sus cosas para dormir que tenía guardadas en uno de los cajones de la cómoda, luego comenzó a desnudarla, sus movimientos no eran sensuales, ni con dobles intenciones, solo estaba tratando de cuidarla, de apapacharla, de que se sintiera amada, Juliana ya no estaba tan decaída y como siempre en estos casos, trato de encontrar algún comentario para burlarse de la situación, pero esta vez no le salió, todo su sarcasmo estaba desaparecido.

Mientras la pintora le ayudaba a ponerse el pijama la morena inició una conversación, todavía respecto al tema de sus padres, Juliana había dicho que no quería pensar más en eso, pero le costaba llevarlo a la práctica.

—Val, ¿tú crees que lo que dijo Macario sea cierto? —, dijo la morena, todas sus inseguridades se escondían en esa pregunta. Era una inseguridad que la misma Juliana no sabía que sentía, y su tranquilidad de alguna forma dependía de la respuesta de Valentina, pero eso la pintora tampoco lo sabía y todo era muy confuso porque la misma morena no tenía muy claro cuál era la respuesta que estaba buscando.

—No lo sé mi amor, ¿qué crees tú? — contestó Valentina mientras acariciaba el cabello de la joven chef, estaba tratando de abrir una puerta, para que la morena hablara de todo lo que pensaba y sentía de la situación y expresara sus dudas. Antes, cuando la joven chef le contaba a la pintora lo que había pasado con Macario, se había limitado a transmitir las palabras de él, pero no había dicho nada respecto a cómo se sentía con eso, aunque la respuesta era muy evidente en su lenguaje corporal y por el estado en que había llegado a casa, Valentina quería que Juliana hablara sobre eso, que se desahogara.

—No sé, quiero creer que solo lo hace para hacer quedar mal a Lupe, y al mismo tiempo siento que es cierto...— dijo Juliana, otra vez su voz quebrándose, miedo, inseguridad y vulnerabilidad aflorando desde lo más profundo de sus emociones. Pero también comenzaron a notarse los primeros trazos del enojo que de a poco empezaba a burbujear en su interior.

Valentina no dijo nada, realmente no sabía que decir en estos casos, lo único que se le ocurrió fue dejar que la joven chef quisiera seguir hablando, pero de momento no lo hizo, entonces la castaña destendió la cama y animó a la joven chef a que se recostara. Después de un largo silencio cuando ya estaban acostadas en la cama, con la morena abrazada al costado de la pintora, Valentina sintió como el cuerpo de la joven chef se estremecía suavemente, como si estuviera llorando otra vez, se giró para quedar de frente.

—Juls, no llores corazón, tal vez lo mejor que puedes hacer es hablarlo con tu mamá, independientemente de lo que haya pasado, ella se quedó contigo, te cuido, te crio y te ayudo a convertirte en el hermoso ser humano que eres, por la razón que haya sido, yo estoy agradecida de que así fuera— dijo ahora la pintora con inocencia y tono condescendiente, y fue un error, en este momento Juliana no estaba para escuchar halagos a Lupe.

Juliana había pasado de la tristeza a la ira en un tiempo corto, tan corto que Valentina ni siquiera lo notó, y eso que intentaba estar atenta a los sentimientos y emociones de la joven chef, el enojo de la morena obviamente no iba contra ella, no tenía ningún motivo para que fuera de esa forma, pero igual le tocó pagar algunos platos rotos, la pintora lo sobrellevo lo mejor que pudo, pero si le dolió un poco las respuestas cortantes y las reclamaciones que definitivamente no le tocaban a ella.