El Color De Tus Besos

Pintando Sensaciones

Era un esplendoroso día a mediados de abril, las jacarandas en flor adornaban con sus coloridas flores el paseo que daban Juliana y Valentina por el parque aquella tarde, estaban sumidas en una agradable conversación sobre pintura, específicamente, sobre los cuadros en los que Valentina había estado trabajando las últimas semanas, aun no tenía ninguno terminado y debido al grado de perfeccionismo que acostumbraba la artista, aun les quedaba mucho tiempo para que eso pasara.

Hacía ya tres semanas desde que había aceptado trabajar en la colección privada de Mateo y había acordado con él y con Renata aportar por lo menos 2 cuadros a la colección de "el mundo de los sueños". Había aceptado luego de que Renata le asegurara que no había ninguna presión sobre fechas de entrega y que podía tomarse todo el tiempo que fuera necesario, además Mateo, le dijo que tenía completa libertad creativa para expresar su interpretación de la colección como a ella le pareciera mejor. Mateo era un intelectual muy agradable que apreciaba el arte en todas sus formas y admiraba profundamente el trabajo de Valentina, los tres se habían reunido ya varias veces para hablar al respecto y cada vez, el joven coleccionista, le iba cayendo mejor, el tipo era inteligente con una conversación fácil, respetuoso de los tiempos de la artista. Valentina sentía que había tomado una buena decisión al aceptar trabajar con él.

Justo ahora, mientras caminaban, Valentina le comentaba a Juliana sobre el primer cuadro que pintaría para la colección de Mateo, aun no tenía una idea muy clara en su mente sobre cómo interpretar la colección, Valentina quería encontrar la manera de expresar la sensación que le dejaba por la mañana el haber tenido un sueño agradable aunque no fuera capaz de recordarlo, es decir, no quería pintar un sueño en particular, quería pintar la sensación que ese sueño provocaba, independientemente si podía recordar el sueño o no.

Estaba tratando de explicar el concepto a Juliana, —Los colores deben ser cálidos y los trazos suaves Juls, cuando tienes un sueño bonito despiertas sintiéndote así— Le decía la artista a la joven chef mientras caminaban tomadas de las manos, se habían acostumbrado a caminar así cuando andaban por el parque, desde una vez que la artista había tomado la mano de Juliana en un afán por evitar que se llevara las manos a la boca y se mordiera las uñas. Después, ya lo habían hecho como reflejo y por costumbre y ninguna parecía tener algún inconveniente con eso.

—¿Y ya tienes el bosquejo dibujado? — preguntó Juliana con curiosidad, deteniéndose un momento y volteando a ver a la pintora con un leve gesto de desconcierto, le era difícil imaginarse el bosquejo de una sensación, le gustaba hablar con Valentina de arte, pero cuando esta hablaba de cuadros abstractos sobre sensaciones y no sobre imágenes en concreto, se perdía terriblemente.

Hasta ahora no había visto el trabajo de la artista en persona, solo las fotografías que Valentina le había mostrado en su teléfono celular. Algunas eran de obras que ya estaban terminadas y en exhibición y otras de cuadros en distintos grados de terminación. Juliana sabía que la artista no era una persona que iniciara un cuadro y se quedara hasta terminarlo antes de iniciar con otro, en ese aspecto, su morrita, era bastante desordenada, y trataba de recordar si había visto algo parecido a "colores cálidos y trazos suaves", en las ultimas fotografías que le había mostrado. —¿Tienes alguna fotografía o algo? — le preguntó a continuación.

Valentina entendía el desconcierto de la hermosa chef y entendía el porqué de su pregunta, ciertamente ella podía tener varios cuadros en diferentes estados de terminación con los que trabajaba al mismo tiempo, era un detalle con los arrebatos de inspiración, y últimamente había tenido muchos de esos, le venía una idea y en su afán por bosquejarla, dejaba lo que estaba haciendo para ir a plasmarla en el lienzo, luego, dependiendo de su estado de ánimo al despertar, trabajaba con uno u otro e incluso cambiaba entre varios el mismo día, es decir, podía haber estado trabajando en el campo de flores por la mañana y luego ir a pintar el espiral de emoción por la tarde. Hacia unos pocos días le había enseñado varias fotos de esos cuadros que tenía a medias.