Señales y Certezas

2.6K 282 66
                                    

El miércoles por la mañana, Juliana adivinaba un amanecer cálido y resplandeciente, el cambio de horario había hecho que no solo estuviera oscuro cuando salía de casa rumbo al trabajo, sino que seguía oscuro incluso cuando ya tenía más de una hora trabajando, aun así, el breve recorrido que hacía desde la estación del metro a "Sabores" para iniciar su jornada laboral, le daba pistas sobre cómo se sentiría y se viviría ese amanecer, después de todo, era finales de abril y justo así eran la mayoría de los amaneceres en esta época del año. La ciudad era siempre un caos, salvo por esos momentos, a esas horas de la mañana le era posible disfrutar de un poco de tranquilidad.

A Juliana le gustaban esos momentos y últimamente los aprovechaba para desviar sus pensamientos una y otra vez hacia la hermosa artista de preciosos ojos color océano, en realidad, era así ya casi todo el tiempo, pero por la mañana, justo en esa pequeña caminata, el pensamiento era mas persistente y constante. Pensar en Valentina le llenaba el corazón, le provocaba la sensación de cientos de mariposas revoloteando en su interior, no podía y no quería evitarlo, estaba enamorada de la artista. Era ya tan evidente para ella esa certeza que no tenia caso siquiera intentar negarlo, por lo menos ya no intentaría negárselo a si misma, esperaba que fuera igual de evidente para Valentina y por supuesto esperaba, con todo su ser, no estar malinterpretando las señales y que la pintora se sintiera igual que ella.

Sin embargo, hoy se sentía triste, la tensión con Lupe debido su amistad con la artista era cada vez más palpable y más difícil de disimular por la mañana, ya no podían hacer como que no estaba pasando nada, el día anterior incluso habían discutido y eso afectaba mucho a Juliana.

Su día de descanso había sido regular, recordó Juliana, tenía un montón de labores domesticas que hacer, y se mantuvo bastante ocupada todo el día, la joven chef trataba de concentrarse en esas tareas para no pensar constantemente en Valentina, pero estaba fracasando miserablemente, era esa la razón por la cual disfrutaba cada vez menos de su día de descanso, extrañaba intensamente ver a la pintora aunque fuera de lejos, lo mismo le pasaba los fines de semana que Valentina no iba al café, pero al menos esos días estaba trabajando y el tiempo se le pasaban rápido sumergida en la preparación de sus pequeñas delicias.

La discusión con su madre había iniciado mientras hacían la compra en el super. Juliana había estado distraída con el teléfono ya que Valentina por fin le había contestado un mensaje que la chef le había dejado a mediodía.

—¿Con quién tanto hablas Juliana? — había preguntado Lupita al percatarse que su hija se mantenía al pendiente del teléfono luego de mandar un mensaje, esperando una respuesta.

—Es Val, me cuenta que hoy visitó a su madre para el desayuno—, Juliana contestó por reflejo con la verdad, Lupita hizo el ya típico gesto de ligera molestia que ponía cada vez que la chef hablaba de Valentina. Juliana estaba tan pendiente del teléfono que ni siquiera lo notó

— ¿Esa muchacha no tiene novio o qué? — soltó su madre un momento después. Esa pregunta captó la atención de Juliana.

—¿Eso que tiene que ver? — Juliana pensaba para sí misma poniendo los ojos en blanco. —Sí, si tiene—contestó en cambio, —se llama Luis— y sintió su corazón romperse un poquito al recordar ese pequeño detalle. Guardo el teléfono y siguió con la compra.

Desgraciadamente el reproche no se quedó ahí, cuando llegaron a casa después de surtir la despensa, Lupita volvió a la carga, —Pero ya quita esa cara Juliana por favor, ¿puedes por lo menos fingir que quieres pasar un poco de tiempo con tu madre? — le dijo cuando ya estaban en la cocina guardando las cosas.

—No tengo ninguna cara de nada Lupita, me gusta pasar tiempo contigo, estoy aquí, ya no me regañes— contestó Juliana, entre derrotada y fastidiada ya, con la actitud de su mamá, si era solo que estaba celosa o si había algo más en el reclamo, la morena no lo sabía, pero ya le estaba cansando esa situación.

El Color De Tus BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora