Adeline y yo nos casamos, la boda fue perfecta. Estaba ahí mi familia, Andrés, Delphine, incluso había venido Doña Clarita, casi todas las personas que deseaba que estuvieran ahí me acompañaron desde la puerta hasta el altar. Mi madre no paraba de llorar y los padres de Addie tampoco. La comida estuvo deliciosa, la música fabulosa, el ambiente maravilloso y hoy puedo afirmar que nunca había sido tan feliz en mi vida. Después de eso viajamos durante las vacaciones de verano y dentro de esa travesía volví a pisar suelo mexicano, esta vez de la mano de mi chica francesa. Le mostré varios de mis lugares favoritos y recorrimos las calles de mi infancia, la presente a ciertos amigos que no fueron a la boda y nos reunimos con mi familia. Fue un viaje sin igual, pero debo admitir algo, nunca me sentí tan cerca de casa que como cuando regresamos a Francia. Arrivamos en el aeropuerto de París, y juntas abrimos de par en par esas puertas que nos separaban de la ciudad de las luces. Recorrimos esos callejones que ya eran familiares y visitamos esos parques poco reconocidos. Cenamos en una cafetería un cuernito y un café, irónicamente, y por ultimo caminamos sobre un puente en el cual la gente suele escribir sus nombres y los de sus parejas en candados que aseguran al mismo. Posteriormente lanzan la llave hacia el río para que su promesa de amor no pueda ser deshecha por nada ni nadie. Adeline y yo eramos las enamoradas que seguían el ritual esta vez, quienes se besaban finalmente para sellar el pacto de amor.
-Addie...
-¿Sí?
-Gracias por haberme ayudado a subir al tren.
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Francia
RomanceFrancia, una de las naciones más bellas a visitar, su historia, cultura, ritmo de vida, todo es muy placentero allá... Una chica Mexicana toma la decisión más grande de su vida debido a un peligro que se aproxima a ella, volar de su nación o quedar...