CAPITULO 5.

242 13 0
                                    

Voy a morir, es lo único razonable.

Hace tres años me pasó lo mismo, literalmente ví mi vida pasar por mis ojos, pero justo Zack entró y no sé cómo, consiguió que volviera a respirar. Nunca estuve tan agradecido con alguien.

Estoy acostado boca arriba en el suelo con un brazo rodeando el lavabo para intentar no marearme más, pero todo lo que hago es en vano.

Ya está, solo hay que reconocerlo, me quedan minutos. Ya mi pecho no sube ni baja. En cualquier momento voy a perder la conciencia.

Los ojos se me cierran lentamente.

🎖️🎖️🎖️

¿Qué?

--Ethan, vamos, abre los ojos.

Noto cada vez más claro que es una voz dulce y femenina.

--Mírame, estoy aquí. No estás solo.

Abro los ojos y me acostumbro a la luz del baño.

--¿Puedes respirar?-- Hago el amago de responderle pero no me deja. --Shh, está bien, tranquilo. Juntos vamos a conseguir que te relajes y seas el amargado de siempre, ¿sí? No voy a dejar que continúe este ataque de ansiedad.

--Broke...

--Cállate. Mírame a los ojos, concentrate en ellos. La gente me suele decir que son bonitos y que se pierden en ellos, así que vas a hacer eso. Piérdete en ellos, concentrate. A la de tres vas a coger todo el aire que puedas y lo guardarás en tus pulmones. No lo expulses hasta que yo no te diga. Uno...dos...tres, inhala todo lo que puedas, vamos Ethan.

Respiro poco a poco y noto que algo de oxígeno entra por mis vías respiratorias.

--Lo estás haciendo muy bien. Ahora a la de tres expulsa el aire. Una...dos...tres.

Exhalo todo el aire que tengo y mis hombros se relajan.

--Vamos a repetirlo unas cuantas veces hasta que todo vuelva a la normalidad ¿Vale? Uno... dos... tres... inhala. Ahora exhala. Eso es, tú puedes.

~Pov Broke~

Vamos en mi coche camino a la base. Hace rato que salimos del parque después del ataque de ansiedad. Desde ese momento ni me ha mirado, ni me ha dirigido una palabra.

En el coche se ha formado un absoluto silencio algo incómodo para mí, aunque no sé si para él también.

--Ya estamos llegando a la base. ¿La comida de ahí está buena?

--No.

--Qué alegría.

Aparco y nos dirigimos a la puerta principal para entrar.

--Mi despacho está en la otra punta, será mejor que entre por la puerta trasera. Supongo que nos tenemos que despedir aquí.

--Adiós.

--Claro, adiós.

Se da la vuelta para entrar.

--¡Oh, vamos, Ethan! ¿Ni un gracias siquiera?

Se gira y me mira sin ninguna expresión en su cara.

--No tengo porqué darte las gracias. Ahí no ha pasado nada. No sé ni por qué has entrado.

--¿Porque te estaba dando un ataque, por ejemplo?

--¡Y qué!

--¡No seas malagradecido!

--¡¿Por qué has entrado, Broke!?

--¡Eres mi paciente, joder! Es mi maldito deber. No te iba a dejar ahí tirado.

--Bien. Qué pase un buen día, señorita Broke.

--¿Pero qué te pasa ahora?

--Me cansas, eso es lo que pasa. Hablaré con el general seriamente. Le diré que no necesito tu ayuda. Ya que mi intención no es fastidiar tu carrera, no le diré que no sirves para psicóloga.

--Escuchame bien con esos oídos que tienes. A mí nadie me va a decir que no sirvo para mi carrera, ¿entiendes? Tú no eres menos que yo por ser militar, de echo, no eres nadie para decirme para lo que sirvo y lo que no. Llevo diez años estudiando para esto y no me vas a menospreciar. Que tenga un día productivo teniente. ¡Ah!, y espero que no se atragante con la asquerosa comida.

Y con eso me marcho, con sus ojos fulminandome la espalda.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora