~Pov Broke~
- Qué el altísimo te perdone Stefan ¡A mí bebito Enzo no lo mata ni dios me oyes! Ahí me encontraba yo gritándole a la televisión. Esas son las consecuencias al ponerme a ver The Vampire Diaries.
- Buenos díaaaaas Virutas.
- Buenos días pequeñooo. Mm, qué bien huele ¿Qué llevas ahí? Me giro poseída ante el buen holor a comida.
- Traigo el desayuno. Sabía que te daba pereza bajar a la cafetería así que lo he cogido yo mismo. No sabía qué te gustaba así qué te he traído un poco de todo. Dice avergonzado rascándose la nuca.
- Aww, eres muy tierno. Gracias, tengo muchísima hambre.
- ¡Pués a comer se ha dicho! Axel se sienta al lado mía y empieza ha tomarse su café mientras a la vez parte su tortita de Nutella por la mitad. Yo en cambio he optado por un tazón de fresas con nata y chocolate derretido. Para beber un zumo.
- Mm, creo qué deberíamos repetir lo del otro día.
- ¿El que? Pregunto confusa.
- Salir por ahí los tres.
- Ah. Si yo creo que también. Nos entretuvimos bastante, aunque siento mucho que no hubiera sido una clase cómo la que esperabais.
- ¿Bromeas? Prefiero mil veces salir contigo y hacer tonterías antes qué sentarme en un sillón a contarte mis problemas sin más. Miro a Axel y este me da una hermosa sonrisa. - Fue genial deberas.
- Entooonces supongo qué podremos hacerlo más a menudo.
- ¡Sí!
- ¿Has visto a Ethan?
- La verdad no. Hoy es día de visitas alomejor está con su familia abajo.
- Supongo.
- ¿Por?
- Querría hacer una sesión a solas con él. Es él único qué no ha tocado fondo con su pasado.
- En ese caso ve a buscarlo. Seguro qué está en la sala de visitas.
🎖️🎖️🎖️
Allí estaba Ethan, sentado con una mujer de no más de cincuenta y algo. Se le veía muy tenso y a la mujer igual. Tiene el pelo canoso y los ojos de Ethan. ¿Su madre? Posiblemente.
- Buenos días. Digo amablemente entrando. - Siento la interrupción.
- ¿Y tú eres?
- Broke Stark señora, la psicóloga de aquí.
- ¿Conoce a mí hijo?
- Sí.
- ¡¿Vas a un loquero!? Gritó enfurecida. Miré a Ethan y éste gruñó por lo bajo y suspiró.
- Ethan no es paciente mío, no va psicología. Solo es mi amigo. Al oír eso Ethan me miró.
- Menos mal.
- ¿Usted es...?
- Verónica Connor. Señora Connor mejor.
Cuánta tontería de mujer. Ruedo los ojos
- Un placer señora Connor ¿Hace poco que llegó? Es qué me gustaría hablar con su hijo si me permite.
- Ya me marchaba de todas formas. Qué tenga un buen día. Y se marchó sin despedirse de Ethan, nisiquiera lo miró.
- Yo también te quiero mamá. Susurró enfadado.
- Vaya, es una señora con un carácter algo...¿Fuerte?
- Dilo sin problema, yo pienso igual. Es una vieja apática amargada.
- Estoy de acuerdo con eso. Sonrío. - ¿Podemos hacer una sesión hoy?
- Por la tarde tengo que enterar.
- ¿Y ahora?
- Ahora no.
- En ese caso ya sabes.
- Nos vemos en la consulta bicho. Hacemos un saludo militar y nos marchamos cada uno por una puerta distinta.
Minutos después yo ya estaba sentada en la silla y Ethan acostado boca arriba en el sillón con los ojos cerrados.
- ¿Cansado?
- Mucho. El Sargento me tuvo el día entero entrenando y toda la madrugada patrullando afuera.
- Ya me he cansado solo de escucharlo.
Cogí mi bolígrafo y empecé ha apuntar las preguntas qué quería hacerle. Ethan puso sus brazos detrás de la cabeza y se acomodó más.
- Gracias.
- ¿Mm?
- Por no decirle la verdad.
- Ah eso, no me las des.
- ¿Por qué lo has echo?
- No quería que se pusiera como loca contigo.
- Estoy acostumbrado.
- No me apetecía verla discutir. En fin, vamos a empezar.
- Vale.
- ¿Te acuerdas de la primera sesión?
- Me acuerdo. Hablamos de mi culo pegado a la silla. Da una carcajada y río con él.
- Esa no tonto, la primera sesión qué hemos tenido de verdad.
- Hablarás de la segunda qué tuvimos, cuando me llevaste a la cafetería y al parque.
- Exacto.
- ¿Y?
- Evitaste hablar de un tema.
- Yo no recuerdo eso.
- Lo dejé pasar por qué no nos conocíamos pero ahora no soy una desconocida para tí, supongo.
- Ajam.
- No quisiste hablar de tú familia. Una de las primeras cosas qué se trabajan en la psicóloga son los lazos familiares. Muchos problemas pueden nacer gracias al estrés qué se ha procreado en una casa o a los tratos de tus familiares entre otros. ¿Antes de venirte aquí como era tu familia?
- No lo sé. No recuerdo hablar con ellos.
- ¿Cómo?
- Siempre estaban peleando. Toda la atención iba hacia mi hermano ya qué era el rebelde, pero a mí ni me hablaban si no era para decir "Qué pases un buen día" cuándo llegabamos al instituto delante de los demás padres.
- ¿Cuál crees qué es el motivo de las constantes peleas?
- Mi padre engañó a mí madre. Estuvo tres meses acostándose con otra sin qué ella lo supiera. Un día lo pillé pero me advirtió qué si decía algo lo iba a pasar muy mal. Tuve que callarme y esperar a qué se enterara ella misma.
- Y qué pasó.
- Los pilló una noche pero cómo mi madre no puede mantener la casa ella sola pués lo perdonó al día siguiente. A raíz de ahí se volvió insoportable. A la mínima se enfadaba, gritaba y hasta tiraba cosas al suelo y las rompía por sus ataques de ira. Recuerdo que una tarde no sé qué bronca tuvo con mi padre qué cogió el teléfono qué tenía por aquel entonces y lo explotó contra el suelo.
- Vamos que la típica familia perfecta no era.
- La familia perfecta no existe.
- Es una de las verdades más grandes qué has dicho.
- ¿Una? ¿Cuál es la otra?
- "No le voy ha contar mis problemas a cualquiera y mucho menos a alguien qué acabo de conocer hace dos minutos".
- Vaya, te acuerdas.
- Me quedo con todo aunque parezca qué m.
- Ya veo.
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Only You
Novela Juvenil*EN EDICIÓN* Broke Stark: una chica qué ha dedicado toda su vida a estudiar y esforzarse para cumplir su mayor sueño que es ser psicóloga, pero no en una consulta normal y corriente, no, ella no es de esas de ir a lo fácil, sino que en el ejército...