CAPITULO 17.

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~Pov Broke~

Broke tienes qué respirar bien si no quieres desmayarte con él enfrente. Pero es que es taaaaan jodidamente guapo. Virgen Santísima.

Estoy en la consulta esperando a mí último paciente. Lee. Exacto, el guaperas que vi el primer día. El guaperas que se bajó del tanque y me ayudó a encontrar al General. El guaperas del qué he hablado con Ethan qué ha echo qué este se haya cabreado. ESE GUAPERAS.

¿Cómo debería sentarme? ¿Piernas cruzadas? ¿Una pierna sobre el sillón y otra en el suelo? ¿En posición india? ¿De rodillas? ¡Madre mía estoy jodida!

Se escucha un carraspeo.

- Ejem, buenos días.

- ¡Joder!

- Wow, chica ¿Tan feo me recuerdas?

- Nono, no es eso. Perdón.

- Bien. ¿Puedo pasar?

- Adelante. Siéntate dónde quieras.

- Gracias. Entra y se sienta justo al lado mía. Al sentarse nuestros brazos rozan y siento una corriente en este. Con mi mano disimuladamente froto la zona qué me ha rozado para evitar que vea qué me he erizado. - Bonita oficina.

- Gracias. La decoré yo el primer día. La verdad es qué me encanta estar aquí.

- Se nota. Siempre qué paso estás aquí escribiendo, a no ser qué estés con Ethan y Axel.

- Si. Bueno, empecemos.

- Estoy preparado.

- ¿Por qué piensas que estás aquí... Lee se acerca tanto derrepente qué nuestras narices se rozan y hace qué mi voz quede en mi garganta cortada. - ¿Qué haces?

- Vayamos al grano ¿No crees?

- ¿Perdona?

- Se nota a kilómetros. Hagámoslo y punto.

- ¡Pero tu te estás escuchando!

- Si. Coge mi cabeza con su gran mano, acerca su rostro y hunde sus labios en los míos.

¿Esto es real? Abro lo ojos como platos. El los tiene cerrados y está dirigiendo el beso. Yo todavía no se lo he correspondido. ¿Debería hacerlo? Esto está mal. Nos acabamos de conocer. Necesito a mí yo del pasado ¿¡Dónde está la chica santa a la qué le daba miedo los chicos?!

- ¿Vas ha estar quieta todo el rato o piensas reaccionar de una vez? Gruñe. Lo qué hace qué surja un efecto en mí qué no me gustaría que hubiera echo. - No tenemos todo el día. Al decir esto vuelve a presionar los labios.

A la mierda.

Le sigo el beso y apoyo mis brazos en su pelo. Al principio es un simple beso dulce pero conforme toma intensidad se vuelve más salvaje. Coge mis brazos y me empuja hasta quedar acostaba completamente sobre el sillón. Se pone encima mía y me sujeta de la cintura. Coge los extremos de mi camiseta y los va subiendo poco a poco. Cuándo llega a mí pecho dónde queda mi sujetador de encaje negro al descubierto para y me mira.

- ¿Segura?

- Sí...pero ahora no es él momento. Este asiente y baja mi ropa de nuevo. Nos sentamos en el sillón y yo acomodo mi pelo mientras Lee solo se limita a contemplarme intensamente con sus ojos verdes. - No creí qué nuestra primera sesión fuera así la verdad.

- ¿Ah no?

- No. De echo yo no tenía ganas de nada. Te lo has imaginado todo tú.

- Ya claro. Suelta una carcajada amargada. - ¿Quieres que te de unas clases privadas para aprender a mentir?

- Ja, ja muy chistoso.

- Lo sé.

- ¿Ahora qué?

- Mm, ¿Quieres chocolate?

- ¡Sí!

- Esperate un segundo, voy a la cafetería y ahora vuelvo.

- Gracias.

- Gracias a tí. Me guiña un ojo y sale.

No me puedo creer lo qué ha pasado. Esto es aterrador y lo peor es que me siento muy cómoda. No me avergüenza para nada. ¿Será esto correcto? No tengo ni la menor idea. Lo que sí sé es que quiero pasar tiempo con él.

~Pov Ethan~

- Es muy guapa.

- No lo es.

- Admite que es guapa.

- No lo es, lleva siglos detrás mía Axel. Es pesada, mimada, pija, tiene una voz de pito y es insoportable.

- ¡Pero tú la has visto! Es una diosa.

- No sé que concepto tienes de Diosa pero me preocupas.

- Oh vamos, tienes la oportunidad y no quieres. ¡Eres el elegido de Dios y no lo aprovechas!

- No es para tanto. Muy guapa y todo lo qué quieras pero en cuanto abre la boca la caga.

- Ella tampoco es así.

- Millie es así lo quieras o no.

- Está bien, has perdido el juicio pero aún así te apoyo.

- Gracias amigo.

- Denada amigo. ¿Has visto a Broke?

- No.

- Quiero ir a verla un rato pero ni idea de dónde se ha metido esta niña.

- Estará en su oficina viendo My Little Pony

- Son unos dibujos buenísimos pero no estás preparado para esta conversación. Reímos.

- ¿Te están sirviendo las sesiones?

- Las sesiones no. Ella sí.

- ¿Hum?

- Gracias a ella estoy un poco más alegre. Cuando estamos los tres ni te imaginas lo contento qué me siento. En vez de una psicóloga necesitaba una amiga.

- Vaya, me alegro mucho.

- ¿Y a ti?

- No lo sé. Supongo qué algo me ayuda. Digo encogiendome de hombros.

- Genial ¿Vamos a verla?

- Venga vale.

Llegamos a su oficia. Tiene la puerta cerrada.

- Broooke, estamos aquí.

- No te oye idiota. ¡Abre la puerta bicho!

- ¡No puedo! Se escucha desde el otro lado.

- ¿Qué no puede?

- Estará comiendo, yo que sé, a mí no me mires.

- Me la suda. Axel abre la puerta y entramos los dos.

- Estaba abierta pedazo tonto. Río.

- Ostia, perdón. Pensé qué estabas sola.

- No pasa nada chicos. Si me disculpais tengo que seguir.

- Sin problema, vámonos Axel.

Salimos y cierro la puerta.

- No hacía falta que cerraras de un portazo sabes.

- Cállate.

- Está bien. ¿Qué bicho te ha picado?

- ¡Qué te calles!

- Loco.

- ¡Me estresas hombre! Adelanto el paso y salgo por la puerta principal dejando atrás a Axel.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora