CAPITULO 14.

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- Me sorprende qué digas todo esto sin siquiera moverte. Son cosas qué te han afectado pero parece como si no te importara.

- Es qué no me importa. El pasado pasado es ¿Para qué voy ha recordarlo siempre para vivir amargado?

- Touché.

- De todas formas ya lo tengo superado.

- Perdona qué te lo pregunte, soy muy cotilla. Si no quieres no respondas pero ¿Porqué viene tu madre si no te hace caso?

- Por que en la base salen los registros de las visitas y ella quiere quedar cómo una buena madre, nada más.

- Vaya.

- No te sorprendas a casi todo el mundo le pasa ¿A tí no?

- Mi familia es normal quitando la locura qué llevan encima. Supongo qué todos nos queremos.

- A eso se le llama suerte pequeño bicho. Y dime ¿Qué se siente?

- Se siente bien.

- Qué objetiva.

- Da gusto saber qué hay gente que se preocupa y le importas sabes. Aunque no seamos perfectos pero se pasa bien. Es cómo si estuvieras todo el rato entre amigos quitando las peleas claro.

- Suena bastante bien. Me alegro qué tu familia sea así y hayas crecido en un buen ambiente. Sonríe Ethan.

- Todavía no es tarde.

- ¿Mm?

- Puedes crear tu propia familia Ethan.

- Porsupuesto. Rueda los ojos.

- Lo digo muy enserio. Aquí hay personas a las que le importas. Axel por ejemplo.

- Chorradas. No pienso hacer esa estupidez.

- Como prefieras.

- ¿Y tú?

- ¿Qué?

- ¿Como lo llevas todo? Eres nueva aquí y será muy extraño para tí.

- Oh vaya.

- ¿Qué te pasa?

- Es qué hacia mucho tiempo qué... No importa, lo llevo todo muy bien, gracias.

- Bien. Si necesitas ayuda solo tienes qué pedírmelo.

- Claro.

- ¿Por qué psicóloga? Y lo más curioso ¿Qué te animó a terminar la carrera?

- Joder hoy me pillas muy desprevenida.

- Sé qué es una carrera dura y si no tienes una motivación dudo mucho qué puedas terminarla ¿Entonces...?

- Es que es un tema algo personal.

- Cambiemos los papeles. Yo seré tu psicólogo ahora. Te escuchare y te aconsejaré querida paciente.

- Como rechazar su oferta Teniente. Veamos por dónde empiezo...

- Por el principio.

- Ah si, gracias por tu aportación gran listo y bello psicólogo.

- Prosiga por favor. Ethan apoya su mano en la barbilla para hacerse el interesante.

- A ver, mi fuerte siempre ha sido escuchar a los demás. De pequeña quería ser profesora como todo niño pequeño que se pasa la vida en el colegio. Con forme fuí creciendo a los doce años cuándo iba al instituto, mis amigos empezaron a tener los típicos problemas de secundaria. Por no decir qué me encantaba estar callada en mi habitación escuchando música y pues gracias a mí yo de doce años ahora soy lo que soy.

- Conmovedora historia. Tu motivación.

- Esto es ya lo personal.

- Por favor. Prometo qué no dolerá tanto cuando termines de soltarlo.

- Eh, esa frase es mía.

- Yo tambien me quedo con todo.

- Está bien lo diré solo por qué hoy te has abierto mucho conmigo y eso es un gran proceso. Eres muy valiente y no lo digo por estar en el ejército sino por hablar de tus problemas, por cómo lo haces y por mucho que te cueste, sé qué lo estás intentando. Gracias.

- No hay de qué.

- Desde qué llegué al instituto he tenido a mí mejor amigo. En bachillerato nos separamos pero seguiamos igual que siempre. Cuando teníamos trece el me confesó qué hace un año había sufrido una depresión. Estuvo muy mal y pensó qué nunca volvería ha estar cómo siempre hasta que yo aparecí. Era feliz y volvió a vivir, pero al final de la frase me dijo estas palabras qué nunca se me van a olvidar. "He vuelto a recaer. Pase lo que pase no quiero llantos en mi funeral ¿Está claro? Vienes con una sonrisa y la cabeza bien alta y te vas y me olvidas". Ethan abrió un poco los ojos. - Cómo tu comprenderás yo en aquel entonces tenía trece años y me afectó mucho esa frase. Siempre estaba vigilandolo por qué pensé qué un día iba a estar sentada en la mesa con mis compañeros haciendo los deberes y derrepente iba a venir el director para comunicarme qué algo había pasado.,
Cuando teníamos dieciséis él seguía igual o peor. Ya ni sonreía casi nunca. Lo veías y te deprimias tu también. Siempre me había dicho cómo se sentía pero empezó ha callarse y no contármelo. Un día nos peleamos. Le dije qué no podía seguir así. Tenía toda una vida por delante y lo estaba desaprovechando todo desde hace años.

*** Recreando escena (hace seis años) ***

- ¡¿Pero es qué no ves qué tienes qué seguir!? ¡Me tienes a mí, tienes a tú familia, llevas cinco años igual y nunca has pensado cómo estoy al saber qué mi mejor amigo no puede ni con su vida! ¡Venga habla Ross, desahogate cómo hacías hace años por qué ya ni me hablas! Digo gritando y con lágrimas brotando de mis ojos. - Es qué ya no puedo más, esto es agotador.

- Sabía qué te cansarías de mi ¿Quién coño me quiere tener en su vida?

- ¡No hagas cómo qué eres la víctima!

- ¡Soy la víctima! ¡Eras el único motivo por el qué seguía aquí pero ya no importa!

- ¡Siempre dices lo mismo, hablas de la muerte como si no te importase, me tienes cansada con tus mierdas!

- Por eso mismo no voy ha volver ha verte. No me hables en tu miserable vida ¡Me oyes! ¡Para mi estas muerta! Grita levantándose de la silla.

- ¡Ojalá alguien te devuelva la felicidad y no vuelvas a quejarte nunca más malditasea!

- Ojalá. Y con eso Ross se marchó.

****

- Se fué. Lo veía salir todos los días por la puerta pero no sabía qué esa vez era para siempre.

- Ten. Ethan me tendió una caja de pañuelos. - Los necesitas más qué yo.

- Gracias.

- ¿Entonces... murió?

- No lo sé, no lo he vuelto a ver. A día de hoy sigue cumpliendo su promesa, para el yo estoy muerta.

- Wow, esto es fuerte. Es verdad lo qué dicen.

- Y que dicen.

- Aveces los qué parecen estar bien son los que peor lo están.

- Supongo.

- ¿Y si alomejor él está bien, lo ha superado y ha salido adelante?

- Esperemos qué le haya sucedido eso por qué sino y-yo...

- Shh, está bien. Ethan me envuelve en sus brazos y yo apoyo mi cabeza en su pecho. - Me deberías contratar como ayudante, creo que lo hago bastante bien eh.

- Oh ya lo creo.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora