CAPITULO 20.

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Entro a la puerta y... Suena el timbre ¿Suena el timbre? ¿En qué sueños se escucha un timbre? ¡Mierda qué no es un sueño!

- ¡Voooooy! Me coloco rápidamente unos vaqueros largos rasgados por la rodilla que estaban en el suelo y la primera camiseta qué he pillado en el armario qué por cierto es una simple de color blanco. Joder son las ocho y media. Me hago un moño deforme lo más rápido qué puedo y abro la puerta.

- ¿Broke Stark? Un hombre de unos cuarenta y pico años con uniforme de correos, moreno con el pelo revuelto y la barba de unos días, los ojos oscuros y las pestañas largas. En su frente se podían notar unas finas arrugas.

- Soy yo.

- Esto es para usted.

- ¿Para mi? No he pedido nada. Deberá ser un error.

- Se lo mandaron.

- ¿Desde donde?

- Aquí pone...Siria. Abro los ojos sin poder creermelo.

- ¡Oh por dios! ¡Gracias, gracias, gracias!

- Cuánta emoción.

- ¡Sí es que son mis amigos qué se fueron y...! Pestañeo tres veces e intento tranquilizarme. - ¡Lárguese ya hombre!

- Perdón, ya me marcho. Baja las escaleras corriendo. Cierro de un portazo y corriendo pongo el paquete encima de la encimera de la cocina.

- Bien, a ver Broke ¿por dónde vas ha empezar ha abrirlo?

Estaba muy emocionada, llevaba cinco semanas sin saber nada de ellos desde qué me enteré qué se habían ido.

- ¡Clotilde nooooo! Mi gata qué había rescatado hace unos días de una protectora había empezado a morder el envoltorio. - Eso no, eso caca Clotilde ¡Baja de aquí! Clotilde gruñe y se baja. - Buena chica, toma una salchicha.

- Miau.

- Sé qué te encantan, lo sé. Y ahora vete a dormir qué tengo qué hacer algo importante, vete, vete.

- ¡Miau!

- ¡Clotilde no me reproches!

- Miau.

- Eso es. Clotilde sale de la habitación. Me siento justo enfrente de la caja y la miro fijamente. Un sentimiento de nerviosismo y nostalgia recorre mi cuerpo. Suspiro. - Es ahora o nunca.

Rompo el papel qué envuelve la caja. Le quito toda la cinta adhesiva y la abro. Lo primero que veo es una carta. La tomo y empiezo ha leerla.

[Querida Virutas:

¿Cómo estás? Antes qué nada tengo que darte mis más sinceras disculpas. No tenías ni idea qué nosotros nos habíamos ido, de echo nosotros ni lo sabíamos hasta el momento dado y por eso siento qué cuando llegaras a la base esa mañana te encontraras sin nosotros. Supongo qué no estás trabajando ya qué todos tus pacientes estamos aquí, mira el lado bueno, tienes vacaciones.

Por si te lo estás preguntando nos estamos alojando en un hostal, no es de los mejores qué hay pero se puede dormir qué es lo importante aunque creo que ninguno de nosotros lo hacemos. Ethan y yo estamos cómo si nada pero no te imaginas lo mal que me siento al ver las caras de preocupación y nerviosismo de los demás. Los más endebles saben que no regresarán ha casa ni volverán a ver a su familia, están muy deprimidos. Llevamos pelando desde qué nos fuimos casi sin ningún descanso. Quería escribirte el primer día pero no me dejaron, seguramente la carta te llegará en unos días después ya qué Siria está muy lejos. Tampoco tengo esperanza en qué la recibas ya qué son muchos barcos y repartidores por los qué tiene que pasar pero de verdad espero que todo te llegue correctamente.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora