CAPÍTULO 37.

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Pasaron las semanas y parecía que todo por fin cobraba sentido. Mi madre se encuentra bien, no tuvimos una gran charla, pero fue reconfortante.

--Ethan.-- Susurró cómo si no lo creyera.

--Estoy aquí mamá.

--Lo siento tanto hijo.

--¿Por qué?

--Por todo. He sido una horrible persona. Estaba tan ciega por intentar hacer un papel, qué no disfruté de mi familia. Los extraño, a vosotros.

--¿No quieres hablar con Axel?

--Porsupuesto, también. Pero él es más terco y rencoroso, no se puede hablar tan fácil. Le dejaré un poco de tiempo hasta estar preparados.

--A dónde quieres llegar con esto.

--Quiero ser la madre qué te mereces.-- Suspira. --No se qué me pasaba, yo no soy así. Lo más preciado siempre han sido mis hijos, aunque no lo parecía. Me gustaría recuperar el tiempo perdido, empecemos de cero. Déjame disfrutar de vosotros ahora qué puedo.

--Mamá...

--Por favor.-- Solloza.

--Esta bien. Hey.-- Levanta la cabeza y me mira. --Vale.

--Gracias cariño, muchas gracias. Prometo no decepcionaros más. Seré una buena madre. Os compraré ropa, iremos a comer a todos los restaurantes de la ciudad, viditaremos la playa ¡Oh sí, la playa! No la he pisado en años.

--Haremos todo lo qué quieras, pero ahora descansa.-- Asiente con la cabeza y cierra los ojos afrerrándose a la almohada.

--Sé qué no te lo he dicho, pero estoy muy orgullosa de tí. No podría estarlo más, tan solo mírate, eres todo un hombretón.

Por muy sencillas qué pareciesen esas palabras, en mí significaron mucho.

Las cosas con Broke han ido a mejor. Al fin ya tenemos una relación oficial, puedo presentarla a los demás cómo "mi novia". La verdad es qué casi vivo en su casa, duermo la mayoría de los días con ella. Y a ese gato pulgoso y refunfuñón también le he cogido cariño, aunque solo intenta morderme.

Axel se ve muy a menudo con Stephen. Dicen qué no son nada, pero se nota a mil leguas qué ahí hay algo.

A Alec le gusta Quina, era de esperarse. Se han vuelto muy cercanos últimamente y aunque ella lo niegue, se nota la química, no hay que estar muy ciego.

Samantha ahora es más cercana a nosotros. Se sienta en nuestra mesa en la cafetería, entra al despacho de Broke y pasa las tardes con todos... Está diferente, cómo más viva, pero sigue teniendo ese jodido mal humor a veces.

Son las cinco de la mañana y me suena el móvil. Gruño y cojo el teléfono.

--¿Sabes la hora qué es, Miller?

--Connor, no hay tiempo, ven a la base. Tenemos una guerra.

--¿Qué?

--¡Qué tenemos qué zarpar! En menos de veinte minutos aquí.

--¿Dónde iremos?

--A Pakistán.

--Joder, ahora no.

--¡¿Quieres levantar el jodido culo ya?!

--Voy para ayá.-- Cuelgo la llamada y me paso los dedos por el pelo desordenandomelo.

Only YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora