Payday

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El día de la paga había llegado, el primer cheque que recibió Meiying por todo su esfuerzo aquel primer mes. Se sorprendió al ver una cantidad tan exuberante de dinero aún siendo solo mánager, pensando que obviamente WayV recibía mucho más que ella.

De todas formas, la primera paga que recibió casi era una fantasía, era mucho dinero para lo que se esperó. El problema era que Meiying le prometió a sus padres que les enviaría una gran cantidad ya que su padre hace poco perdió su trabajo y su madre era ama de casa. Se frustró un poco y guardó el cheque de nuevo en el sobre, pero se sobresaltó cuando un brazo le rodeó los hombros.

-¡Meiying! ¿Qué tal el primer día de paga?

Era Hendery quien la había asustado de esa forma. La chica, con un intento de formar una falsa sonrisa, le contestó:

-Pues, no está mal, creo. -después de eso volvió a su semblante de disgusto, agachando la cabeza y mirando al sobre. Hendery se dio cuenta de esto, miró a su alrededor y después a Meiying.

-No te veo muy contenta, ¿ocurre algo?

La mánager se volvió a sobresaltar e hizo un pequeño ruido que a penas fue audible para Hendery.

-Nada nada, debería agradecer que me pagan en vez de lamentarme, ¿no crees? -negó con la cabeza repetidas veces.

-Oye, puedes contarme lo que sea. Podré tener 2 neuronas pero funcionan muy bien para escuchar a los demás, así que venga, desembucha.

Meiying rió y se apartó de su agarre para ponerse en frente suya.

-Mis padres están sufriendo una grave crisis económica desde hace un tiempo. A mi padre le echaron del trabajo y mi madre es ama de casa, así que intenté irme de casa para no ser una boca más que alimentar. Al principio fue complicado porque no teníamos mucho dinero pero a mi padre se le fue la cabeza y me compró un apartamento con los ahorros de la casa, que ni siquiera es un apartamento, es un estudio. -suspiró y negó con la cabeza con una sonrisa- En fin, les prometí que cuando gane mi primer sueldo les enviaría el suficiente dinero para que al menos llegaran a final de mes, pero el problema es que si lo envio ahora no tendré suficiente para mí misma, así que no sé muy bien qué hacer.

Hendery escuchó atentamente sin interrumpirla. Cuando esta acabó, se sorprendió un poco por su historia, nunca pensó que alguien como ella podría tener problemas económicos.

-Los chicos y yo podríamos ayudarte. Somos árboles de dinero, ¿cuánto necesitas? Te prestaremos el que haga falta.

Meiying abrió los ojos como si fueran dos platos. No se creía lo que dijo el menor, y obviamente tampoco lo iba a aceptar. Negó con la cabeza y con las manos repetidamente.

-Ni en broma, no os dejaré hacer eso.

Hendery siguió insistiendole pero todo era en vano, Meiying no podía aceptar algo como aquello ni aunque estuviera desesperada. ¿Qué mas daba si ellos tenían una cantidad inmensa de dinero? No podía actuar como una mendiga así porque sí.

Haría lo necesario para que sus padres tuvieran algo que comer.

***

Pasaron unos días desde el día de paga de Meiying y todavía no había llamado a sus padres. Estaba sentada en su escritorio haciendo cuentas algo estresada, pero decidió reunirse de valor y llamar a su madre, por lo que agarró su teléfono móvil y marcó su número. Después de unos segundos, cogió la llamada.

-¡Meiying! Cuánto tiempo, ¿cómo estas? Hace semanas que no nos llamas, hemos tenido que enterarnos por Lixue que ya has encontrado un trabajo estable. ¿Cómo te va? -su madre empezó a hablar enseguida. Siempre era de esas personas que hablaba sin parar, suponía que lo heredó de ella.

-Todo bien, lo siento por no llamar antes, he estado muy ocupada. Quería que dejáramos este tema de conversación para otro momento, tengo algo que decirte tanto a ti como a papá.

-¡Oh! Dime, ¿qué ocurre?

-Emm... Verás... -Meiying buscó las palabras adecuadas pero al ver que no se le ocurría nada más que soltar la verdad misma, suspiró- El otro día recibí mi primera paga, sé que dije que os enviaría gran parte de ella para que pudierais llegar a fin de mes pero he hecho las cuentas y no me da ni para mí. No sé qué hacer y pensaba que podrías ayudarme, eres la experta en economía.

La mujer se sorprendió un poco por lo que dijo pero se puso a reír al instante. Meiying soltó un ruido de confusión al obtener tal reacción de su propia madre. Estaba pasando literalmente por una crisis y ella se estaba riendo de ella, quería renunciar como hija a ese punto.

-Meiying, que bonita eres. Cómo se nota que eres mi hija.

-No entiendo nada, ¿a qué viene esa reacción?

-Deja que te explique, anda. -la mujer se aclaró la garganta antes de proceder a explicar- Ayer vinieron unos cuantos chicos a casa y dijeron que eran compañeros de trabajo, que por cierto, que compañeros tan guapos, nunca pensé ver a alguien así en persona, pensaba que solo los podía ver en esos dramas que ponen en la tele. El caso es que trajeron muchisimas bolsas de comida y un sobre con dinero, dijeron que es todo de tu parte, ellos eran más bien como mensajeros. Me sorprendí mucho, tu padre incluso se quedó con la boca abierta, vaya espectáculo.

La más joven también quedó con la boca abierta. No podía ser que WayV hubiera ido a su casa específicamente solo para darles a sus padres algo como eso. No entendía nada. Iba a matarlos en definitiva.

-Los dejamos pasar para que tomaran un té con nosotros, aunque con lo muchos que eran, fue difícil encontrar los suficientes asientos para que todos estuvieran cómodos. Nos hablaron de ti y...

-Espera mamá, tengo que hacer una llamada, ahora mismo te llamo, ¿de acuerdo?

Ella solo respondió con un asentimiento y Meiying colgó la llamada. Esta vez marcó el número de Hendery y este lo cogió después de varios intentos de llamarlo.

-A ver, ¿tu eres bobo o te dejaron caer un ladrillo a tu cabeza cuando naciste? ¿Qué parte de "no quiero vuestra ayuda" no entiendes? -empezó a bombardear sin darse cuenta que Hendery a penas la estaba escuchando ya que justo se había despertado.

-Soy bobo, sí, pero no entiendo, ¿por qué lo soy?

-Por Dios, ¿cómo descubristeis la dirección de mis padres?

-Ah, fue fácil, Ten se infiltró en la sala de archivos y bueno, el resto ya te lo puedes imaginar. -se oyó un bostezo del chico, y en ese momento se dio cuenta de que su voz era más ronca de lo habitual.

-¿Qué haces durmiendo a las dos del mediodia?

-Ay es mi día libre. Dime lo que quieras decirme antes de que me vuelva a dormir.

-Sois... -se pensó mejor lo que quería decirle, mirando a la foto de su familia en su escritorio y sonriendo- sois increíbles.

-Ya, me lo dicen mucho. En fin, hablemos más tarde, ahora... debo... mimir...

Y dicho eso, Hendery colgó la llamada. Meiying volvió a telefonear a su madre, esta vez teniendo una charla más tranquila que la anterior, sin estrés, sólo con un buen pensamiento en mente y una gran sonrisa en el rostro.

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Perdón por posibles errores, no me da tiempo a corregir :(

Mánager | WayVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora