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Lyra comenzaba a irritarse de Palpatine. ¿Cómo pudo su abuelo aguantarlo tanto tiempo? Él no paraba de reírse al ver que se estaba saliendo con la suya.
—Bien—rio Palpatine—El ritual empieza. Ella me matará y se comprometerá a ser una Sith. Desenfundará su arma. Vendrá a mí. Obtendrá su venganza. Y con un golpe de su sable, ¡renacen los Sith. ¡Los Jedi están muertos!
Lyra prendió su sable. Ben, desde la otra punta de la habitación asintió. Ella paso por atrás su arma y la dejo caer, pasándosela a Ben.
Los guardianes del Emperador la atacaron y comenzaron a pelear. Ben llegó hasta donde se encontraba ella.
—Rey esta aquí—le dijo a su hermana.
Cuando los tres terminaron con los guardas, alzaron los sable hacia el Emperador.
—Permanezcan juntos...mueren juntos—y los arrastró a los tres hacia el, haciendo que saltaran chispas—La fuerza vital de su unión...es una tríada en la fuerza. Un poder como la vida misma...el poder para restaurar al único y verdadero emperador.
Volvió a arrastrarlos y les comenzó a quitarles su fuerza vital y debilitándolos. Cuando tuvo suficiente, los tres cayeron al suelo, inconscientes.
Los Sith alababan al Emperador, que estaba lleno de fuerza otra vez. Kylo se levantó con dificultad, pero no pudo hacer ningún movimiento, porque Palpatine lo arrojó al vacío.
—No teman a ese débil ataque, ¡nadie detendrá el regreso de los Sith!—lanzó rayos al cielo y las naves rebeldes comenzaron a caer en picada.
Lyra gruñó y se movió hasta quedar boca arriba, viendo la destrucción de sus amigos y familia. A penas podía respirar, y le dolía todo el cuerpo. Se imaginó a sí misma, sin preocupaciones, con Poe; nunca tendría eso porque todos estaban muriendo.
Estén conmigo...estén conmigo...estén conmigo.
—Estos son tus pasos finales, Lyra, asciende—dijo Obi-Wan Kenobi.
—Lyra—dijo Ahsoka Tano
—Lyra—dijo Kanan Jarrus.
—Restablece el equilibrio, como yo lo hice—dijo Anakin Skywalker
—En la noche, encuentra tu luz—dijo Luminara Unduli.
—No estás sola, Lyra—dijo Mace Windu.
—Solo nunca has estado—Yoda dijo
—Todos los Jedi que han vivido viven en ti—dijo Luke Skywalker
—La fuerza te rodea, deja que te guie—dijo Qui-Gon Jin
—Asciende.
—Estamos detrás de ti, Lyra.
—Asciende.
—La fuerza estará contigo, siempre.
Le dieron escalofríos. Consiguió la fuerza suficiente para levantarse por completo y atrajo su sable. El Emperador miró a Rey tirada en el suelo.
—Una pena que hayan muerto, y que pronto morirás. Que tu muerte sea el final en la historia de la rebelión—Palpatine le lanzó rayos, pero los detuvo con su sable y el de Rey.
—No eres nada—dijo él—¡Soy todos lo Sith!
—Y yo todos los Jedi—dijo ella mientras avanzaba.
Lucho con todas sus fuerza, avanzando. Los rayos que Palpatine enviaba fueron devueltos hacia él y comenzó a desintegrarse. En el lugar, el suelo se movía y solo se detuvo cuando el Emperador desapareció por completo.
Miró a su alrededor. Sentía frío. Estaba sola, de nuevo. Y cayó al suelo sin más vida.
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Ben trepó el acantilado por el que Palpatine lo había lanzado con dificultad, pero lo consiguió. Observó el trono, donde él ya no estaba. Entonces vio a Rey y a Lyra en el suelo. Comprobó el estado de ambas y comenzó a llorar, cuando se dio cuenta de que ninguna respiraba.
Recordó cuando Lyra le había pasado un poco de su fuerza vital. Debía hacer lo mismo, pero tenía que decidir a quien salvaría de las dos. Si al amor de su vida, o a su hermana. ¿Qué debía hacer?
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