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Zannah aterrizó en el Puesto de Avanzada de Niima. Nunca antes había estado en Jakku, pero al instante se dio cuenta porque: hacía mucho calor y odiaba la arena.
No sabía cómo había llegado allí, tan solo había seguido su instinto.
Había cambiado su ropa negra por una de color marrón oscuro que había encontrado en la Base Starkiller. Su capa estaba en su mochila. Su sable laser, entre su remera y su pantalón.
Si quería ir por Jakku, debía pasar desapercibida. Ató su pelo en una cola de caballo, colgó su mochila en su espalda y camino hacia el interior del Puesto.
Un hombre paso corriendo por su lado y se arrojo hacia una pileta donde tomaba agua un '. La criatura lo vio y lo empujó hacia afuera.
—Hey, ¿estás bien?—preguntó ella. —Tengo agua—abrió su mochila y se la arrojó.
—Gracias—contestó, luego de tomarla
Los dos se giraron en cuanto oyeron unos gritos. Una chica estaba siendo atacada por dos hombres. Él se levanto para ayudarla, pero ella consiguió librarse de ellos sola.
La chica se quedo mirando a Finn y comenzó a perseguirlo. Él corrió en otra dirección.
—Gusto en conocerte—murmuró ella mientras lo veía correr en otra dirección.
Camino hacia la otra dirección, pero entonces un stroomtroper empezó a dispararle. Se escondió detrás de una pared.
«No puedo usar la fuerza, me delataría. Tampoco usar mi sable» pensó
Corrió hasta que encontró donde esconderse, allí dentro, estaban los dos chicos que había visto.
— ¿Qué está pasando aquí?—pregunto Lyra—Casi me matan.
—Te vieron conmigo, estas marcada—contesto él.
— ¿Y quién eres tú?
—Finn, un gusto conocerte.
Escucharon los ruidos de cazas TIE y corrieron hacia las naves.
— ¡Deja de tomar mi mano!—gritó la chica.
Un caza TIE disparo y los tres cayeron. Zannah levanto la vista y vio enfrente de ella al droide. La unidad BB-8 naranja y blanca, que todo el mundo estaba buscando.
—Vamos, síganme.
Zannah y Finn siguieron a la chica. El droide iba por detrás.
— ¡No podremos escapar! —gritó Finn.
—Sí, si podremos.
— ¡Necesitamos un piloto!
—Ya tenemos uno.
— ¡Dos!—exclamó Zannah.
— ¿Qué tal esa nave?
— ¡Es chatarra!
— ¡Vamos a mi nave!—exclamó Zannah, pero explotó enfrente de ellos—La chatarra servirá.
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