20.

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Podía escuchar la voz de Chan, era muy ligero lo que llegaba a escuchar de, al parecer, una conversación con la enfermera. Quise abrir los ojos pero después de lo que dijo la enfermera ni lo intente.

- Ella está en coma, joven, no podemos hacer nada, lo siento mucho. - y un portazo fue lo último que escuche.

De repente fue como entrar en un sueño, unos pastizales verdes y unos hermosos árboles Cherry Blossom, habían un par de cabañas alrededor y un lago el cual pasaba por un pequeño puente.

Era un paisaje tan hermoso que parecía irreal y es que así lo era, solo un sueño.

- Hola. - una voz tan dulce y suave, una voz que extrañaba escuchar, una voz que solo podía recordar por audios, una voz que simplemente me paralizó al instante.

Me di media vuelta lentamente sobre mis talones. Y pude verlo, esos ojos brillantes habían vuelto, esa sonrisa que hacia que su vista disminuyera por como los cerraba, ese hermoso cabello castaño algo desordenado debido a la leve brisa que golpeaba el lugar. Esos hoyuelos que lo hacían ver cada vez más tierno, olvidaba lo que se sentía volver a verlo.

Pero de un momento a otro, toda la felicidad desapareció, caí en cuenta de que todo era falso, esos ojos, la sonrisa, sus hoyuelos, todo era falso.

- ¿Pasa algo? - quiso acercarse a mí pero yo simplemente lo empuje del pecho, haciando que retrocediera un par de pasos algo asustado - Daehyun, soy yo, Jeongin. - y una sonrisa volvió a plasmarse en sus labios.

- Eso no.....no es posible..... - comenzaba a desesperarme, mientras él más se acercaba yo retrocedía hasta que termine a la orilla del lago.

- Daehyun, juro que soy yo, se que parece irreal pero.... - un fuerte sonido lo calló, luego de unos segundo me había dado cuenta de que le había pegado una cachetada, hasta a mí me dolió.

- Yo.....ammm, lo siento. - me acerque al menor y toqué su mejilla, él no se alejo ni nada, este era mi Innie.

- Está bien, supongo que te sorprende todo, ¿verdad? - asentí mientras tocaba su mejilla la cual estaba ardiendo.

- Pero ¿cómo es posible? Tu.... - me calle cuando simplemente tomó mi mano y me guió hasta la cabaña que más cerca estaba.

El camino hasta la misma se había convertido en algo tan reconfortante, había olvidado tantos sentimientos cuando salía con él. Siempre fuimos tan unidos que a veces cuando cenabamos en otro lugar podíamos salir del local tomados de la mano. Nos sentíamos cómodos así. Había olvidado esa comodidad.

Él iba un poco más adelante que yo porque aún estaba en shock, pues, no es fácil procesar que estás con un amigo que falleció hace un mes, más o menos.

Sus facciones seguían siendo las mismas, su determinación cuando quería algo, en este caso hablar conmigo, su agarre incluso, si, muy detallista, ¿verdad?

Sus manos seguían teniendo esa calidez qué hacia que varias veces cuando tenia nudos en la garganta se desatarán tan fácilmente, porque sabía que su forma de agarrarme me decía "estoy aquí, y aquí me voy a quedar" y era suficiente. Siempre fue suficiente.

Pero el destino es tan cruel que lo único que hace es arrebatarle las cosas importantes a otros, era lo que más me enfadaba.

Para cuando me había dado cuenta de todo ya estábamos en la puerta de la cabaña, él abriendo la puerta y yo paralizada como tonta mirándolo. Realmente era él. Y una sonrisa logro formarse en mis labios, por fin había sonreído sin la necesidad de fingir para que crean que estoy bien, ojalá y pudiese hacerlo más seguido.

La chica de las cartas suicidas ⎯   Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora