21.

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Después de un tiempo pude despertar y quedar consiente, todo me dolía y no aguantaba mucho el dolor de cabeza. Las luces me sofocaban bastante y estaba muy sensible ante los ruidos del lugar, incluso cuando me hablaban parecía que me estuviesen gritando.

Cuando desperté Chan y Seungmin estaban conmigo, a veces me pregunto si ya no tienen clases o algo así. Después probablemente sea la culpable de que reprueben las materias.

Pero en ese momento no me importaba, los necesitaba por más que sonara muy egoísta de mi parte pero así era.

Cuando quedé un poco más consiente y con menos dolores, ya que me dieron unas pastillas para el dolor. Pude decirles que hablaran mas normal porque recién les había pedido que susurraran.

Seungmin no paraba de retarme por el desmayo que acabó en una hospitalización conmigo en coma. Este chico jamás cambiaria.

- Me pegaste el susto de mi vida boluda. - colocando su mano sobre su pecho en forma de relajación y dramatizando la situación, algo se le pego de Hyunjin.

- Lo siento. - dije como pude ya que me dolía todo, hasta la garganta, una pequeña incomodidad invadió cada parte de mi cuerpo, decidí moverme un poco para encontrar una posición cómoda pero terminé quejándome - auch.

- No te muevas mucho. - dijo un Chan mientras acomodaba sutilmente unas almohadas - ¿te encuentras bien? Félix y Hyunjin vienen en camino. - informó el mayor, pero no se encontraba muy contento en realidad.

- Está bien, cuando venga Hyunjin ¿pueden dejarnos solos? - ninguno de los dos estaba de acuerdo, no lo dijeron pero sus miradas decían mucho más.

- Está bien. - dijeron al unisolo.

Después de una hora un chico de pecas se hizo presente en la habitación mientras que una sonrisa se desvanecía en el rostro del mayor, su expresión era neutra.

- Ya despertaste. - dijo mientras se acercaba a la camilla, acompañado de una pequeña bolsa.

- No, todavía estoy en un sueño profundo. - dije obviamente, el rió pero ningún otro acompaño nuestras pequeñas risas - me alegra verte pecas.

- A mi también. - dejo un casto beso en mi cabeza para luego mirarme detenidamente, hasta que volvió a hablar - te traje un pequeño regalito. - acercó la bolsa a mi mano para que yo no haga mucho esfuerzo.

Al abrir la bolsa había una caja de color blanco junto a un moño color rosa pastel, cuando lo abrí se dejó ver una hermosa pulsera con un colgante con la inicial de mi nombre.

- Es hermoso, muchas gracias, no tenías por qué molestarte. - mientras guardaba la caja nuevamente en la bolsa.

- Es lo mínimo que puede hacer después de como te dejó. - hablo un Chan enfadado mientras miraba mal al pecoso.

- Chan, por favor. - ambos se miraron, sus miradas al cruzarse fue como una tormenta tan fuerte que se llevaría cualquier cosa a su paso.

Después de mucho tiempo con una tensión tan notoria pudo aparecerse un pelinegro de una estatura alta. Hyunjin.

- Perdón la tardanza. - se disculpo haciendo unas reverencias mientras se acercaba a mi - por fin despertaste.

Mi mirada se dirigió a Seungmin como si estuviese pidiendo ayuda, no tenía ánimos de ver al alto, pues, todo los recuerdos de ese día se hicieron presentes haciendo doler mi cabeza de forma insoportable.

- Chicos, vamos a fuera. - pidió amablemente Min mientras los otros dos seguían fulminandose, parecen dos niños enojados porque no se prestaron los juguetes del otro.

La chica de las cartas suicidas ⎯   Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora