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20/4/20 4:50 a.m.

Si tan solo dejaran de molestarme sería grandioso, pero también me ayudan más a quitarme la vida, me hacen un favor como yo a ellos.

Quiero pensar que me están esperando mis padres, me esperan con los brazos abiertos. Pero otras veces pienso que me prefieren aquí.

¿Por qué es tan difícil tomar está maldita desicion?

Mis amigos me impiden querer suicidarme, el pensar en matarme y luego pensar en como sufrirían me pone mal y cambio de opinión repentinamente.

Ahora me encuentro cortándome mis brazos, normalmente corto partes de mi cuerpo donde no se note, pero ésta vez decidí que si lo veían por lo menos me lo agradezcan, porque cómo dije antes, les hago un favor a todos.

Ahora, el pequeño Jeongin estaba con ésa carta, mientras de sus ojos desprendía lágrimas en su habitación y arrugaba con fuerza la carta por la impotencia de no poder ayudar a la chica.

Odiaba que no podía ayudar a su amiga en estos momentos. Odiaba que ella quisiera suicidarse. Odiaba incluso existir.

Había visto una nota tirada en el cuarto donde estaba quedándose Chan, al tomarla, vió que era una de las cartas, busco más por su habitación pero solo encontró una más.

Las dos eran cartas de ya un mes sorprendentemente.

Yang pensó que tal vez su amigo andaba distraído por ésta razón, pero lo dejaría revelarle estos descubrimiento cuando lo vea capaz de pedir ayuda para poder buscar a su amiga.

No le diría nada porque tenía el leve presentimiento de que si se conocen podría salir algo muy lindo de todo ésto.

Lo que si, no sabía cómo Chan había terminado con esas cartas en su vida, pero no estaba entre sus planes entrometerse más.

Solo esperaría paciente.

Salió de su habitación con cara lavada, con su uniforme ya arreglado junto a su mochila.

Al pasar por el cuarto donde se están quedando su amigo junto a su hermano menor, decidió entrar velozmente y dejar los trozos de papel en su cama.

Siguió su camino hasta la cocina donde saludo a los muchachos mientras éstos disfrutaba de un desayuno nutritivo.

- Bueno, ya me voy. - agarró una manzana de la heladera y antes de despedirse del resto de las personas que viven con él, el mayor lo detuvo.

- ¿A dónde vas tan temprano?

- Voy a comprar unas cosas para una maqueta mamá. - se burló de su hyung y salió corriendo.

Pasó por tres cuadras y luego se adentró a un callejón con la peor pinta posible, era un lugar repugnante y muy oscuro, su aspecto decía mucho por si solo.

Él realmente tenía miedo pero si ésta era la solución a sus problemas así sería, no se daría la vuelta ahora, ya era tarde para volver al pasado y ser el mismo.

- ¿Traes el dinero? - preguntó el desconocido de capucha negra.

- Si, aquí tienes. - le entregó el dinero acordado, el desconocido contó verificando que esté todo.

- Bien, dentro de una semana te lo entregaré. - dijo por último guardando los billetes - si alguien se entera considerate muerto. - amenazó como de costumbre cada vez que se reunían.

- Si, ya sé. - se dió la vuelta aún con nervios y salió de ese callejón solitario, oscuro y frío aún con su miedo presente a cada paso que daba.

Al igual que Dae y su "adicción" a cortarse, Yang mantenía una vida activa junto a las drogas, éstas las consumía cuando tenía mucho estrés o simplemente para relajarse de más.

La chica de las cartas suicidas ⎯   Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora