NO GRITES

PERSONAS NORMALES

Capítulo 13

Al día siguiente él llegó muy temprano.

-Oye, Shelly, adivina qué, ya podrás desayunar.
Ni siquiera sabía a ese punto si me vendría bien desayunar.

- ¿No dirás nada?
Empezó a moverme a la silla.
-Pensé que estarías feliz, antes querías desayunar.

-Ni siquiera sé si me hará bien.
-Tranquila, sé un poco de nutrición.
Sacó un sándwich de crema de maní y uno de huevo, a mí me dio el de maní y él se comió el de huevo.

-Comerás de poco en poco, así no dañarás tu estómago.
- ¿Por qué me cuidas?
-Ya te lo dije, Shelly, quiero que me dures.
-No soy un objeto, Tom.
-Claro que no, eres una chica hermosa, Shelly.
Después de eso me besó.
- ¿Quieres hacerlo?
-Me lo preguntas como si tuviera elección.
-Vamos, Shelly, no es tan divertido si estás todo el día así de seca y aburrida.
- ¿Y quieres que esté sonriendo y cantando?
-Mierda...
- ¡Estoy secuestrada, mierda, no puedo estar feliz!
Él me dio una cachetada.
- ¡No me hables así!
-Lo siento.
-Solo... Solo relájate.
-Está bien, Entonces... ¿Lo haremos?
-Ya no tengo ganas, Shelly.
- ¿Y entonces?
-Nunca hemos hablado.
-Amm... ¿Disculpa?
-No nos conocemos bien.
-Mierda, estoy secuestrada por ti, ¿estás sugiriendo que hablemos como amigos?
- ¿Por qué no? Tal vez eso haría más placentera tu estadía aquí.
-Estadía -Respondí de forma sarcástica-
- ¿Te gustan las mascotas?
-Un poco.
-Una vez tuve un perro...
-Como casi todo el mundo.
-Le llamamos Bruno.
- ¿Por qué?
-Ya no lo recuerdo. Era lindo, aunque en realidad era como cualquier otro perro. Hasta que un día murió. En realidad, no tengo mucho para contar acerca de él, era...
-Un perro normal.
-Exacto, ¿tú has tenido mascotas?
-Claro, perros, gatos y algunos conejos.
- ¿Los recuerdas a todos?
-A la mayoría...
-Pudiste tener varios a la vez, tu casa es grande.
- ¿Cómo lo sabes?
-Estuve ahí, tus padres me invitaron.
-Hijo, de...
-Nunca había estado en una casa tan grande...
-Tampoco está para exagerar.
-Tres cuartos, dos baños y un cuarto con una mesa de billar... para mí es grande.
-Mis papás...
-Nunca había estado en una casa con más de dos cuartos y un baño...
- ¿No tienes amigos?
-Claro que tengo, pero están igual que yo.
-Mis papás, están b...
-Dime, Shelly, ¿Qué se siente pasar de ser tan mimada a esto?
No le respondí y solo lo miré con odio.
-Ahora te quedas callada -Sonrió-
Tenía ganas de escupirle, pero así mismo, tenía miedo de las consecuencias.
-No esperes que te responda.
- ¿Porque estás secuestrada? -Se levantó- Vamos, Shelly, hablemos con normalidad.
- ¡No estamos en una situación normal! -No pude evitar gritar- ¡Tú y yo no somos amigos!
Él asintió.
-Tienes razón.
-Oh mierda, lo siento, no quería gritar.
Después de decir eso, sentí una patada en mi pecho, esta me tiró y sentí que no podía respirar. Él se puso encima de mí y me empezó a ahorcar con una mano.
-Tienes razón, Shelly, no somos amigos, tú eres mi perra y yo soy tu dueño. No somos personas normales, tú eres mi maldita esclava, ¡tú ya no eres nada!
Dejó de ahorcarme y me dio una cachetada, después de eso pude respirar y empecé a llorar, mientras él se alejaba. Dio un par de vueltas y luego me miró.
- ¡Estás sola, mierda, si quieres hablar con alguien, tendrá que ser conmigo, porque nadie vendrá por ti, así que te sugiero que te comportes!
-Alguien me encontrará -Dije tartamudeando-
-Debes quitarte esa maldita fantasía de la cabeza, nadie podrá encontrarte, y verás que después de un tiempo, dejarán de intentarlo -Empezó a reír- Tal vez, a estas alturas estén buscando más un cadáver que una chica.
Eso me hizo llorar más, él vio unos segundos como lloraba y luego fue al baño, estuvo ahí unos minutos y salió, levantó mi silla y se sentó enfrente de mí, parecía más calmado.
-Mira, Shelly, si vamos a estar casi todo el día juntos, no podemos estar todo el tiempo así.
-Lo... lo siento.
-Solo compórtate, por favor.
-Sí.
-Vamos a comer.
-Está bien.
Me dio de comer como siempre, al terminar algo me dijo que debía darle las gracias, por mi bien, pero mierda, era imposible siquiera hacerlo.
Y la verdad el resto del día fue aburrido, pláticas banales.