INTIMIDAD

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Capítulo 11

Estaba ahí, acostada boca arriba, esperando a que me tocara como siempre, pero el solo me besó en los labios y se levantó, salió del cuarto y regresó cargando la caja con ambas manos.


-¿Qué harás ahora?-Lo miré con gran terror reflejado en el rostro-
-Relájate, Shelly.

Él dejó la caja en el suelo y de esta sacó una caja de cerillos.

-¿Qué harás con eso?
-Tranquila, Shelly, el día de hoy será leve.
Se subió a la cama arriba mío, sacó un cerillo y lo apagó en mi frente.

Él empezó a hacer eso por toda mi cara, mientras yo trataba de aguantar los gritos.

Después siguió al cuello, él se reía cada vez que miraba como yo intentaba soportar los gritos.
En su momento llegó a mi pecho, y cuando puso un cerillo sobre mi pezón, no pude contenerme y grité fuerte, él solo se burló.

Pero no paró ahí.
Hizo lo mismo en el resto de mi cuerpo.
Mi estómago, mis piernas, las plantas de mis pies, etc.

Pero no se acercó a mi vagina... hasta el final.
me rompió el calzón que tenía puesto, encendió un cerillo y lo pegó en mi clítoris.

El dolor era horrible y no pude evitar gritar y retorcerme, mientras el maldito solo se reía.
Después de eso guardó todo y se llevó la caja y después regresó.

Me miraba a los ojos mientras sonreía y se empezaba a desvestir. Empezó con los zapatos y pantalones, después la playera, camiseta y terminó con su pantalón y bóxer, así lo vi completamente desnudo, su miembro ya estaba medio erecto.

Él se subió encima mío y empezó a besar mis labios mientras acariciaba mi clítoris.

Él pegó su pene a mi vagina y pude sentir cómo se iba haciendo más grande, y mi vagina poco a poco se empezaba a humedecer y él se daba cuenta, él sonreía al darse cuenta, él me había “preparado” para eso, yo sabía que ya nada me iba a proteger, solo era cuestión de tiempo.

Cuando él sintió que mi vagina ya estaba lo suficientemente húmeda, se levantó, tomó un condón de su pantalón y se volvió a colocar sobre  mí.

-Quiero que nuestra primera vez sea frente a frente.
-¡Eres un hijo de puta!
-¡Cállate!-Al escucharme decir eso él me dio una cachetada.
-Ahora vamos a disfrutar.

Él introdujo su pene en mi vagina, lo hizo lento y “delicadamente” aunque eso no evitó que me doliera mucho, quería gritarle pero había puesto su mano sobre mi boca.

Una vez que metió todo su pene en mí, empezó a mover su cadera para meterlo y sacarlo (creo que ya sabes a qué me refiero).

Cada vez que lo hacía, intentaba meterme todo su pene, haciendo que me doliera mucho.
Intentaba retorcerme pero como siempre, no podía hacer nada.

Después de unos minutos lo hacía más y más rápido, con una mano tapaba mi boca y con la otra acariciaba mi clítoris.

Apesar del dolor y la humillación, lo peor fue que mi vagina cada vez estaba más y más húmeda,  lo peor era que mi cuerpo lo disfrutaba.

Después de media hora de penetrarme, se vino, ahí fue donde me di cuenta de qué usaba condón.

-Vaya eso fue bueno-Se empezó a reír, sacó su pene de mí y me besó la frente-

Después se levantó, se despidió y se fue.

Mi vagina seguía húmeda......

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