MÚSICA PARA RELAJAR

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Capítulo 15

Advertencia NO APTO PARA MENORES DE EDAD

Ese día él llegó al cuarto con una sonrisa.

Nos saludamos y luego me sentó en la silla.

-Te tengo un regalo, Shelly.
- ¿Qué es?
Él sacó un reproductor de música y dos audífonos aparentemente pegados al reproductor.

-Ya descargué las canciones que me dijiste, como obviamente notarás, me tomé la libertad de adherir los audífonos al reproductor para que no se los puedas quitar.

-ohh... muchas gracias.
-No hay de qué, son para que escuches mientras no estoy, y cuando esté aquí los pondremos a cargar.

- ¿La casa tiene electricidad?
- ¿Nunca habías visto los focos?
En ese momento quedé perpleja, me había concentrado tanto en otras cosas que nunca me di cuenta de que había focos encendidos cuando él llegaba.

-Em... la verdad es que no lo había notado.
-Jajaja, ay, Shelly.

Él sacó el desayuno y comimos, después de eso, él tomo una parte del audífono y se lo puso en el oído, luego tomó el otro y me lo puso a mí. Empezó a sonar música.

Estuvimos un buen rato en silencio escuchando música, hasta que sonó una canción de música clásica, entonces él empezó a hablar.

- ¿Sabes qué es lo que más me gusta de la música?
- ¿Qué?
-Que me relaja bastante, hace que me olvide de mis problemas, que me olvide de todo...
-Eso es algo bonito... Oye-Me quite mi audífono-
-Dime
-Quiero tener sexo, ahora.
- ¿Enserio?
-Sí...
Al momento de decirlo, sentí que se me salía el corazón. En realidad, no quería, me daba asco, pero si quería agradarle, tenía que pedírselo.
-Vale, voy por la soga.
-Espera...
- ¿Qué?
- ¿No crees que sería mejor sin la soga?
-No quiero que escapes.
-Vamos, Tom, con la droga que me das apenas y me puedo mover.
Él se quedó un tiempo pensando.
-No.

Luego se levantó, trajo una soga, y a medida que me desamarraba de la silla, me amarraba con la otra soga.

Al final, me amarró de tal forma que quedé con las rodillas dobladas 90 grados, las manos en la espalda y la espalda recta, junto con un pequeño nudo que si se deshacía permitía abrir mis piernas, a día de hoy me sigue impresionando su precisión.

Me llevó hasta el cuarto, me dejó de rodillas junto a la cama.

Se paró enfrente de mí, se quitó el pantalón y el bóxer, dejándome ver su pene medio erecto.
- ¿Te gusta?
-Sí, mucho.
- ¿Quieres probarlo?
-Sí, por favor-Es obvio que no quería, pero tenía que aparentar ser sumisa-
Él metió su pene en mi boca que ya había abierto, movió su cadera de adelante hacia atrás, mientras yo movía mi lengua como podía.

Estuvimos así un rato, mientras yo sentía aterrada al sentir como mi vagina se humedecía.

Él terminó en mi boca y yo me lo tragué, luego me subió a la cama boca abajo, quitó el nudo y mis piernas quedaron flojas, así que las separó y se subió a la cama.

En ese punto estaba arrepentida de lo que había hecho, quería gritarle que me dejara, pero no podía, tenía que aguantar lo que sucedería.

Lo recuerdo diciéndome "Relájate, Shelly" cuando yo involuntariamente intentaba cerrar mis piernas.

Sentí con horror como su pene entraba lentamente en mí... de nuevo, como él se apoderaba de mí, empezó lento...
- ¿Te gusta?
- ¡Mucho, no pares!
A este punto no sé qué era peor, sentirlo dentro de mí, o tener que decir que lo disfrutaba.

-Entonces te daré más.
Sentí como su pene entraba y salía de mí más rápido, escuchaba su respiración, sentía sus golpes en mi trasero, todo acerca de la situación era horrible, me concentraba tanto en el asco y dolor que me provocaba, que inconscientemente estaba conteniendo mis gemidos, pero no podía contener lo que salía de mi vagina... la misma horrible sensación de la otra vez, mientras yo sentía repugnancia y dolor, mi vagina se humedecía, al mismo tiempo que me dolía, me excitaba, después de un rato... tuve un orgasmo, de mi vagina salió mucho líquido, mojando bastante la cama, provocando la burla de Tom.

Después de mi orgasmo, el me jaló y me volvió a poner de rodillas frente a él.
-Abre la boca.

Yo, ya sin poder contener las lágrimas, la abrí, él metió su pene en mi boca, y volvió a mover su cintura de adelante hacia atrás, después de un largo rato lo sacó, se masturbo un poco y "terminó" en mi cara. Creo que no hay necesidad de especificar a qué me refiero, después me llevó a la bañera, me desató y luego me dio un baño, al terminar me preguntó si quería ir a la silla o a la cama, a este punto los dos sitios me daban recuerdos horribles, pero prefería estar cómoda, así que le dije que en la cama.

Después de recostarme me preguntó:
- ¿Te gustó?
-Bastante, deberíamos hacerlo más seguido, Tom.
Él suspiró.
-Ay, Shelly, a estas alturas, ¿sigues creyendo que soy estúpido?
- ¿De qué hablas?
Él me dio una cachetada muy fuerte, la cual hizo que me mordiera el labio y este me sangrara, obviamente yo grité.

- ¡"Me gustó bastante, Tom" ¿Crees que soy idiota? ¿Crees que no sé sobre psicología? ¿Enserio crees que pensaré que te dio síndrome de Estocolmo tan rápido?!
-Tom...
-Te puedo creer el que me lo hayas pedido, pero que me digas que te gustó mientras lloras, por favor, Shelly, creí que eras más lista.

-Tom, déjame explicar...
-Adelante.
-Estás empezando a agradarme, te lo juro, y en verdad quería hacerlo, pero pronto me arrepentí, solo que no quería ponerte triste.

-Jaja, supongamos que te creo-Tomó con fuerza mi barbilla-No me vuelvas a mentir, ¿vale?
-Claro, lo siento.

-Bien-Él se levantó y me dio una fuerte palmada en el estómago, la cual se sintió como un golpe, después salió de la habitación.

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